Silvio el periodista….
Por Arquimedes Romo Pérez
Este hombre sencillo, humilde, modesto al cubo, es el máximo protagonista de un acontecimiento deportivo singular que lo inmortaliza en el béisbol de La Trocha camagüeyana. Sobre su presencia y actividad escribe Ramón Pérez Morales, -gran hombre del deporte moronense-, en la revista “El Historiador”:
“Silvio Rodríguez Acosta nació en Falla municipio de Morón el 25 de diciembre de 1916. Hijo de Caridad Acosta, maestra autodidacta y Timoteo Rodríguez, agricultor. En la década de los años 30 del pasado siglo la familia se trasladó a Morón donde estableció residencia. Cursó la enseñanza primaria en la escuela “Ignacio Agramonte”, dirigida por Salvador Naranjo Moronta; continuó sus estudios en la Escuela Primaria Superior, situada en la calle Callejas entre Martí y Castillo, donde alcanzó el octavo grado.
Comenzó su vida laboral como cajista en la imprenta de Manuel Ruiz Esperón, ubicada en la calle Libertad. Se desempeñó como colaborador de los periódicos nacionales “Excelsior”, “El País” y “El Mundo”, en cuyos archivos figuran numerosos artículos suyos. La Escuela de Periodismo “Marquez Sterling” lo aceptó como periodista en ejercicio, al reconocer su labor como aficionado y sus colaboraciones en la prensa nacional. Por tal motivo fue acreditado como Periodista en Ejercicio, con derecho a ingresar al Colegio Nacional de Periodistas.
En 1953 fundó el periódico local “Renovación”, publicación semanal, editada en la Imprenta Moderna. En esos talleres gráficos había cooperado en la concepción e impresión del periódico “La Tribuna”, trabajo que le permitió y facilitó la publicación de su propio periódico. En el semanario “Renovación” le dio seguimiento al deporte en el término municipal y sus trece barrios.
Como periodista participó en la redacción del Noticiero del Mediodía de la emisora CMJX Radio Morón. En el momento de inaugurarse la mencionada emisora era el único periodista que recibía salario por dicha función; por tal motivo fue considerado como fundador de la emisora. Desde los primeros momentos que salió al aire la misma se apoyó en su sobrino Rolando Crespo Rodríguez, quien trabajaba junto a él en la imprenta y lo incluye en el programa “Los Deportes al día”. De igual manera ocurrió con Arquímedes Romo, quien siendo locutor de la estación radial a través de Silvio se vinculó al mencionado espacio.
Con la colaboración de ambos, Silvio organizó la Liga Campesina de La Trocha. Con la organización y puesta en funcionamiento de la misma, desarrolló una titánica labor que resultó premiada con un rotundo éxito. Hoy resulta increíble que desde un micrófono, sin gasto alguno, solamente con su entusiasmo y la exhortación verbal, este moronero, haya podido poner en marcha semejante maquinaria beisbolera, conformada por 50 equipos de los términos municipales de Morón, Ciego de Ávila y Esmeralda, controlar los calendarios, programación de árbitros, incidencias de los partidos y la divulgación correspondiente. Recordemos, además, que en aquella época no existían las comunicaciones actuales y el transporte del que disponían los atletas era muy limitado.
Como “scout” de béisbol Silvio realizó una encomiable labor; tenía control de todos los jóvenes prospectos del territorio. Mantenía contacto permanente con Tony Pacheco, conocido busca talentos para Joe Cambria, aunque no tuvo relación con el magnate Boby Maduro hasta la apertura del estadio de la ciudad, pero en esa fecha ya tenía en su haber un buen número de captaciones que, a partir de esos momentos, se incorporaron a la organización de los Cubans Sugar Kings. Pacheco, Cambria y Maduro, todos tributaban a la organización de los Rojos del Cincinnati en la MLB.
Entre los talentos captados por Silvio, casi todos descubiertos en la Liga Campesina, se cuentan Tany Pérez, Onelio (El Létigo) Ordaz, Israel Ferrer, Rubel (El Zurdo) Pulido, Cándido Andrade, José Ramón Villar, Tony (El Haitiano) González, Arnaldo Fragela y otros que, como Eloy González, Alberto Álvarez, “El Congo” Macías, Mariano Dajud y Raúl Díaz, son incluidos en la Academia de talentos de los “Reyes del Azúcar”.
Silvio era querido y admirado por los miles de campesinos que practicaban y seguían la pelota en aquellos difíciles años. Su presencia y la de sus colaboradores e invitados, era todo un acontecimiento en cualquier zona campesina donde se enfrentaran dos novenas. Su sencillez, modestia y proeza que realizó en el beisbol campesino de esta provincia, le dieron una dimensión de “gigante” pese a la época tan difícil que le tocó vivir. En 1950, al constituirse la Liga Inter-Centrales Azucareros fue nombrado divulgador oficial del nuevo organismo deportivo, que abarcaba toda la provincia de Camagüey e incluía a varios equipos de Las Villas y Oriente.
El 12 de Octubre de 1950, en el recién inaugurado estadio del Central Patria, se le rindió un merecido homenaje para el que se programó un doble encuentro entre las novenas Instituto de Morón y Deportivo Colón y a segunda hora los equipos Central Patria y Morón BBC. Ambos juegos fueron transmitidos por la emisora Radio Morón, narrados por Enrique Sorí Morales y comentados por el propio Silvio Rodríguez; como anotador de este programa,- primero transmitido por la emisora Radio Morón-, fungió Rolando Crespo Rodríguez, mas tarde brillante comentarista deportivo de la televisión cubana, y como locutor comercial Rafael (Chicho) Morales.
Los últimos números del periódico “Renovación” estuvieron dedicados íntegramente a las estadísticas del Béisbol de la Liga Campesina, documentos históricos de gran valor que lamentablemente desaparecieron después de su muerte.
Silvio Rodríguez Acosta se desempeño durante varios años como Secretario de la Logia Obreros de Morón y Caballero de la Luz, actividades que simultaneaba con su trabajo de bedel en el Instituto de Segunda Enseñanza de Morón. En este centro colaboró activamente en la divulgación y promoción de eventos deportivos con el profesor de Educación Física y Deportes René Morales Pazos. En este centro estudiantil tramitó y obtuvo la jubilación laboral.
Disfrutó de una sencilla pero digna y hermosa vida, coronada por la felicidad de ver a sus hijos Silvio y Dámaso Enrique, convertidos en dignos y respetados profesionales universitarios, meta que él no pudo conseguir. El 5 de febrero de 1996, falleció en su ciudad de Morón, rodeado de sus más cercanos familiares y amistades “Silvio el periodista”.
(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón).