El verano no solo trae consigo días soleados, altas temperaturas, viajes a playas y piscinas, sino también una serie de peligros meteorológicos que desafían la tranquilidad de la temporada. Desde tormentas eléctricas e inundaciones repentinas hasta el azote de los huracanes, el verano cubano se convierte en un escenario donde la naturaleza muestra su poder y pone a prueba la resiliencia de sus habitantes.

Tormentas eléctricas

Durante la temporada estival en Cuba, las tormentas eléctricas son frecuentes debido a las condiciones ambientales propicias que favorecen el desarrollo de este fenómeno. El tránsito de ondas tropicales y la presencia de vaguadas en combinación con las altas temperaturas y la humedad más factores locales, crean un ambiente inestable que facilita la formación de nubes de tormenta cargadas eléctricamente, dando lugar a relámpagos y truenos acompañados, generalmente, de precipitaciones fuertes.

Entre los años 1987 y 2017, fallecieron a causa de las fulguraciones 1742 personas en Cuba. Con un promedio de más 50 por año, el 42 por ciento de las defunciones se concentra entre los meses de julio y agosto.

Se recomienda evitar permanecer bajo árboles, alejarse de estructuras metálicas y no refugiarse en lugares abiertos o dentro del agua durante una tormenta con actividad eléctrica. Lo aconsejable es ponerse de cuclillas lo más agachado posible e inclinar la cabeza sobre la rodilla con los oídos tapados, hasta tanto pase la severidad de la tormenta.

Inundaciones repentinas

Estas inundaciones ocurren cuando en un corto período de tiempo precipita un gran volumen de agua. Generalmente es un fenómeno local que se produce tanto en ciudades como en zonas rurales, su magnitud está vinculada con las características físico-geográficas del entorno y las intervenciones del hombre.

Puede ocurrir en cualquier etapa del año, pero en los meses de verano, principalmente en las tardes, ocurren fuertes chubascos que en cortos períodos de tiempo pueden incrementar exponencialmente el caudal de los ríos. Esta situación se torna interesante durante el verano, atendiendo a que es el período en que más personas disfrutan de baños en ríos y arroyos para mitigar el fuerte calor.

Además, las intensas lluvias pueden ocurrir a kilómetros de distancia hacia la cabecera del afluente, por lo que los bañistas no se percatarían del torrente de agua hasta que este sobre ellos. El río crece en volumen de forma súbita, y forma un golpe de agua que baja por el cauce del río hacia la desembocadura, con una carga mortal de rocas, lodos o escombros que arrasan todo a su paso. Lamentablemente en el pasado han ocurrido muertes por esta causa en nuestra provincia.

Importante es mantenerse atentos a las informaciones del tiempo atmosférico emitidas por las agencias meteorológicas y meteorólogos locales, escuchar las recomendaciones y consejos de los habitantes de la zona, estar atentos a cambios en la corriente fluvial y si se escuchan descargas eléctricas en las cercanías abandonar el río.
Trombas marinas y tornados

Las trombas marinas y los tornados son visitantes poco usuales de nuestras playas. Ambos fenómenos son columnas rotatorias de aire y se forman a partir de una nube cumuliforme. Tienen como principal diferencia donde se forman. Si ocurre sobre la superficie terrestre se denomina tornado y se desarrolla sobre el mar, un lago o un gran río, se le da el nombre de tromba marina. Si la tromba marina penetra en tierra pasa a llamarse tornado y viceversa. Las trombas marinas se clasifican en tornádicas o no tornádicas. Las tornádicas se forman por el mismo mecanismo que los tornados en tierra, y son poco frecuentes.

Huracanes

Cuando se informa del posible paso de un ciclón tropical por nuestro país, lo primero es concentrase en los posibles impactos y si estoy en riesgo: marejadas, vientos fuertes, intensas precipitaciones, deslizamientos e inundaciones. Si me encuentro en la costa próximo al mar, un río, un lago o en una zona baja proclive a inundaciones, lo recomendable es evacuar de inmediato.

En ocasiones la vivienda que se utiliza para veranear se encuentra distante de la línea de playa o en una zona que no se inunda, pero es vulnerable a los fuertes vientos, en este caso también se debe evacuar. La marea de tormenta es potencialmente destructiva, por lo que jamás se debe permanecer en la zona costera. Hay que tener en cuenta que los huracanes son más que un punto y sus afectaciones se puede producir a cientos de kilómetros de distancia del centro.

A pesar de estos peligros, disfrutemos de nuestras merecidas vacaciones siempre atentos a las condiciones meteorológicas para garantizar un disfrute óptimo desde la seguridad.

(Frank Fernández Castañeda. Meteorólogo del Centro Meteorológico Provincial de Ciego de Ávila.)

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