Por Leonel Iparraguirre González

Una pequeña mascota que nos recibió en el portal de su casa en la calle Vasallo, lo alertó de que alguien rondaba su vivienda. En pocos segundos recibíamos la bienvenida de Nelson Mora Ramos, quien accedió al interés de conocer pasajes de su vida.

Fue entonces cuando conocimos que Mora no es moronero como pensábamos, sino oriundo de Santa Isabel de las Lajas, localidad que abandonó cuando apenas tenía unos meses de nacido, pero que con cierta frecuencia la visita porque allá tiene familiares que no olvida.

“Santa Isabel de las Lajas, la tierra de Benny Moré” le dije y fue entonces cuando Nelson Mora comenta que integró su banda gigante cuando joven, pues formó parte del coro acompañante del Bárbaro del Ritmo en sus actuaciones en cabarets y bailes populares.

Durante un período pasó a probar suerte en La Habana, y fue allí donde integró un show que recorría el país con actuaciones en todas las provincias, donde interpretaba boleros y guarachas.

Refiere que no le gustaba su permanencia en la capital y decidió regresar a Morón y aquí integró la orquesta Miramar como uno de los cuatro cantantes.

Mora Ramos fue sometido a una evaluación nacional y al aprobar, pasó a formar el conjunto Praga, y finalmente el grupo campesino Ecos de la Trocha.

Mi vocación desde niño ha sido la música, pero las circunstancias económicas me obligaron a laborar como cantinero en el Bar Cunagua, en la unidad Crucero y en el área gastronómica de la terminal ferroviaria de Morón.

Nelson Mora recuerda que resultó durante cuatro años trabajador Vanguardia Nacional, fue laureado nacional del Sindicato de la Cultura, entre otros muchos reconocimientos.

“Mi calendario ya marca 81 años de existencia, presento serios padecimientos cardíacos, y otros dolores propios de la edad”, comenta Nelson.

Finalmente añade que transita por una etapa difícil de su vida, cuando la soledad cobija su presente, refugiado en su casa escoltado únicamente por su mascota, pero que aún así, escala escenarios y canta sus melodías preferidas, aunque con el sentimiento herido.

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