Por Leonel Iparraguirre González
Magdalena Rojas Monton ya no está físicamente entre nosotros, pero su inconfundible voz de acento español y su ritmo melódico, permanece intacto en el recuerdo de todos aquellos que disfrutamos de sus actuaciones en distintos escenarios.
Los más decanos recuerdan que en la habitual cartelera del emblemático Salón Rojo de Morón, aparecía su nombre como figura central, y que la instalación resultaba pequeña para acoger a tantas parejas, jóvenes y adultas que acudían a disfrutar del espectáculo cercano a la medianoche.
Aunque hasta los últimos momentos de su existencia conservaba su acento melódico, y nitidez en su voz, Magdalena tuvo que alejarse del escenario por presentar otros problemas de salud, y durante muchos años permanecía en su vivienda en la calle Serafina, donde se dedicaba a la costura y a quehaceres hogareños, pese a sus limitaciones.
Quizás su última aparición pública fue poco tiempo antes de fallecer, el primero de marzo del 2020, cuando asistió a la Peña de la UNEAC en Morón, con el acompañamiento musical de Celestino Morales. Fue una mañana especial, donde el presentador de la actividad, Jorge Nilo Marín, recordó su consecutiva presencia en los espectáculos del Salón Rojo.
En aquella inolvidable Peña, donde fue aplaudida, Magdalena mostró vitalidad en su timbre de voz y su acento español en cada melodía y reiteró en varias ocasiones que”recordar es volver a vivir”.
Magdalena tuvo que abandonar su casa durante la pandemia de la Covid-19 y pasó a convivir con familiares en la calle Hermanos González. A mediados del 2021 esta figura de la música española en la Ciudad del Gallo, fue víctima de la pandemia.
Hoy y siempre la recordamos y sugerimos a las autoridades de la Cultura en Morón que su figura no perezca en el olvido, pues el nombre de Magdalena Rojas enaltece a este sector.