Por Leonel Iparraguirre González
Hace cerca de 50 años llegó a la ciudad de Morón una persona, procedente de Holguín, que además de poseer en su trayectoria una incalculable hoja de servicios por la Revolución, es ejemplo de compañerismo, laboriosidad y sencillez. No es otro que Amable Rodolfo Alberteri Rodríguez, con quien place conversar sobre las distintas etapas de su vida, desde su niñez en un lugar conocido como Miramonte, en Holguín, para ser más preciso, el hijo de Evangelista y Petra.
Muy próximo a cumplir 93 años de edad, recuerda que fue en aquella etapa un niño sano, sin malicia, ni picardía y que cursó los primeros grados en una escuela pública que radicaba en un lugar llamado Caridad del Sitio y que para llegar tenía que caminar unos seis kilómetros a pie, por caminos nada recomendables.
Alberteri dejó los estudios para trabajar como carretero, enyugaba sus bueyes que se llamaban Manzano y Bodeguero y a cargar de caña su carreta.
Pero la lucha revolucionaria esperaba por su aporte y muy joven formó parte del Regimiento número 7 bajo las órdenes del Comandante Cristino Naranjo, luego fue para Bayamo, hasta ser movilizado para La Habana como chófer del General Alberto Valle.
“Es larga y complicada mi trayectoria y no vas a poder escribir todo”, me repite en más de una ocasión y entonces con una gran sonrisa explica que cierto día en una reunión, siendo militar, pidieron a miembros del Ejército Rebelde, la incorporación a la producción, y fue el primero en levantar su mano.
Dejó el carro que manejaba y vino para Turiguanó a picar piedras para levantar el pueblo holandés y cochiqueras para la cría de ovinos… Amable Alberteri fue también rastrero para el tiro de cemento desde Mariel a Santiago de Cuba.
De retorno a Morón fue miembro del Buró Municipal del Partido y durante 16 años dirigente de la CTC en este territorio y luego formó parte del Contingente El Vaquerito en la construcción del pedraplen.
Se impone una pregunta: es Amable Alberteri el que aparece en los billetes de Un Peso?.
Un No rotundo, fue la respuesta..”creo que no soy yo, o por lo menos no está confirmado”, aclara sin vacilaciones.
Refiere que Morón es su ciudad querida, y con orgullo manifiesta que es Hijo Ilustre de Morón y fundador del Partido Comunista de Cuba.
“El mayor premio que tengo es el cariño de este pueblo…y me consta”.
Entonces inmerso en una casi carcajada, cuenta la anécdota de que en cierta ocasión corrió la noticia de que Amable se había muerto, y se llenó de personas la funeraria. Pero, no era yo, era otra persona que se llamaba Amable”.
Es muy rica su historia, sólo resta decir que hay Amable para rato.