Por Leonel Iparraguirre González

La llegada de Eutimio Companioni Companioni a los estudios de Radio Morón, unos años después del triunfo de la Revolución, vino a ser una inyección jóven al torrente laborioso de la emisora.

Su chispa joven fue precisamente lo que lo impulso a convertirse en poco tiempo en operador de audio. No faltaron quienes lo evaluaron de poca madurez para asumir una tarea de tanta responsabilidad como garantizar la salida al aire de la programación de la planta radial.”El muchacho parece que promete, ha ganado habilidades y se ve que tiene vocación”, fueron comentarios que circularon poco tiempo después en la emisora.

Eutimio comenta que su técnica fue fijarse bien, preguntar mucho y retener la manera de hacer cada cosa por los más experimentados. “los operadores experientados no podían imaginarse que me fijaba en todo lo que hacían, desde la forma de sentarse, operar la consola, los tocadiscos y todo lo demás”.

Así llegó el día en que el director de la emisora le concedió una plaza fija y un turno como operador de sonido: “fue el día más alegre de mi vida laboral”, recuerda sonriente.

“Tenía que madrugar mucho, pues era el operador que abría las transmisiones a las cinco de la madrugada, y cubría turno hasta las doce del mediodía, tarea en que me mantuve por cerca de 20 años”, precisa Companioni.

Como si todo fuera poco, y debido a la gran pasión que sintió por la radio, no tardó en asumir la producción musical de un programa juvenil, espacio que comenzó llamándose Ritmos de Juventud, a las 5 de la tarde, pero que años después propuso cambiarle el título y se aprobó “A las 5 y 30 PM”.

Confiesa Eutimio que le costó mucho trabajo, sin embargo, aprender a escribir a máquina, por lo que muchas veces, sus guiones presentaban tachaduras y enmiendas, lo que le obligaba a realizar un ensayo previo a la salida al aire del espacio, para evitar errores en el programa.

Sus programas llegaron a situarse entre los más escuchados, debido a las selecciones musicales, los temas juveniles que se trataban, los invitados que se traían a la cabina y las iniciativas en correspondencia con las preferencias de los jóvenes de entonces.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *