Por Arquímedes Romo Pérez

Al influjo del impetuoso nacimiento del béisbol en la villa de Morón, el rápido crecimiento, la intensificación de su práctica y la indiscutible calidad tempranamente adquirida, el que más tarde se convierte en deporte nacional y Patrimonio Cultural de la Nación, se expande por el campo, invade poblados y comunidades y logra agrupar interés, devoción, alegrías y pasión.

Esos son los condimentos que contribuyen a la formación y desempeño de numerosas novenas que, a finales de la primera mitad del siglo XX, inundan de pelotas, bates y guantes a los rincones del extenso Término Municipal de Morón.

La villa que se abre paso hacia la ciudad proclamada en 1921, tiene el privilegio de servir de asiento a las fuerzas constructivas foráneas que afrontan y llevan a realidad la construcción del Ferrocarril del Norte de Cuba y seis centrales azucareros en el entorno que, en conjunto, estimulan el deporte convertido en recreación de esas fuerzas y en intereses morales de las poderosas compañías transnacionales, que se lanzan a la batalla dulce de los años millonarios. La historia reconoce que de ese Norte que casi nunca nos brinda cosas buenas, llegan estos modestos técnicos y obreros que enseñan la buena pelota a la juventud de la época.

En los históricos terrenos de la “Cuban Cane”, en los distintos placeres de la ciudad, en las cuatro esquinas de las cuadras y en todos los rincones de la villa se juega pelota, y esa masividad inicial hasta entonces desconocida, es causante directa del surgimiento de un notable grupo de atletas que adquiere nombre y fama, que trasciende y tiene tanto valor histórico que, muchos años después, sus nombres, en la mayoría de los casos, engalanan la “novena ideal”, el equipo del siglo.

La pelota en Morón tiene historia; alcanza representatividad en cada una de las divisiones político-administrativas, y en cada época, desde su aparición en la localidad hasta el presente, cuenta con un símbolo aglutinador; un equipo, una novena, un director, un evento que trasciende, que marca un momento histórico, determinante para aglutinar criterios, opiniones análisis y convicciones, tales como la aseveración de que Morón, en cualquiera de sus estadios, se incluye entre los municipios no cabeceras de provincias, con mayor aporte histórico a nuestro deporte nacional.

Por considerarlo de interés el Equipo de Historia del Deporte en Morón, reunido en las oficinas del estadio “Paquito Espinosa” el día 3 de Abril del año l999, previo estudio de los datos conocidos y los criterios de los historiadores, confecciona y da a conocer EL EQUIPO ENSUEÑO del Siglo XX en Morón. Se toma en consideración el desempeño en las distintas competiciones oficiales, participaciones y épocas político-administrativas.

EQUIPO DEL SIGLO

RECEPTOR: Roger Machado .
1ra.BASE: Bernardo Cuervo
2da.BASE: Avilio A. Acosta.
3ra.BASE: Manolo Sánchez
TORPEDRO: Aurelio (Conguería) Ulacia
JARDINEROS: Mario Pérez Cuesta
Roberto Cubas
Rolando Almanza
LANZADOR: d: Ignacio (Ñango) Llanes
“ z: Mario Montalvo
DIRECTOR: Manolo Cordero

En la referida reunión se hacen menciones a otros jugadores como el receptor Néstor Mario Reytor, los lanzadores Donaldo Borroto, Isidoro Meneses y Tomás Cantero y los jugadores de posición Rafael López, Arnaldo Rojas y Tomás Centeno.

Sobre la resistente base de esta memorable época formadora de valores que sustenta un deporte robusto del cual Morón se erige en faro y guía, se desarrolla con solidez y seriedad la Liga Interprovincial de Beisbol Amateur con sede en Camagüey, a la que acceden equipos de los distintos términos municipales camagüeyanos y de provincias vecinas. El Morón de esos tiempos posee tal fortaleza que, mientras los demás territorios están representados por un seleccionado, los moronenses aportan tres poderosos equipos: Violeta, Cunagua y Morón
Como insignia de esta presencia, la historia recoge al Violeta BBC de los años cuarenta y, especialmente, el conjunto que logra el último título de esta recordada Liga. Quizás con algunas involuntarias omisiones la escuadra titular sale al diamante con:

RECEPTORES: Filiberto (Candela) Arango y José Caturla.
JUGADORES DE CUADRO: Raúl Fenty, Orlando Castillo, Bebo González, Orestes Cepeda, Julio Delgado y los hermanos Breña.
JARDINEROS: Homero Leblanc, Martos (Caballón) Álvarez, Homero Ariosa y Rigoberto Quiñones.
LANZADORES: Juan José Álvarez, Raúl Ribet, Ortelio (Tello) Mirales y Enrique (Huele) Fernández .
Exactamente en el mismo centro del siglo XX se construye y nace el Instituto de Segunda Enseñanza, importante centro cuya Cátedra de Educación Física, asume el área del tradicional barrio “Los Piratas” que, desde entonces, se convierte en centro de desarrollo de estudiantes atletas, que bajo la conducción del profesor René Morales Pazos y sus colegas Orlando Sorí, Juan Carlos Espinosa, Carvajal y otros, sitúan en altísima posición el deporte moronense.

De las áreas del Instituto de Morón, salen el discóbolo Julián Morrison, los velocistas Miguel Montalvo, Pablo y Bárbaro Bandomo, el garrochista Pedro Moré, la saltadora Marina Samuells, los hermanos Allén, el mediofondista Celestino López y otros atletas que también brillan en el firmamento nacional.

Igual resultado consigue el Baloncesto, disciplina en la que brillan los estudiante preuniversitarios de la Ciudad del Gallo, tanto el equipo femenino como el masculino, ambos logran resultadlos altamente satisfactorios en los certámenes nacionales e intramurales. En el masculino es de respetar el quinteto que encabezado por el internacional Omelio Borroto, agrupa a talentos de la talla de los hermanos Montes de Oca,BELLE Chony Pardo y hasta ultraconocido Jimmy Davis. Son éstos deportes complementarios que acompañan al equipo de Beisbol que en cada convocatoria oficial está en primera línea, con resultados respetables y que, para mantenerse en activo todo el año, recorre el país, realiza encuentros amistosos, mide fuerzas ante equipos de otras ligas y para responder a las exigencias de la disciplina, crea la Asociación de Amigos del Instituto, mediante la cual incorpora al equipo de pelota, en competencias no oficiales, a jugadores de otros sectores que lo fortalecen.

Es a partir de 1950 que el equipo del Instituto de Morón se incluye entre los más reconocidos del país en la categoría juvenil, y cuando logra el subtítulo nacional presenta una alineación que, históricamente, se reconoce como el más fuerte equipo juvenil de Morón en todos los tiempos. El mismo está integrado por atletas como:

RECEPTORES: Armín Pino y Policarpo Williams.
JUGADORES DE CUADRO: Taúl Sesai, Armando Ledón, Sergio Antuña, Justo y Titi Marín, Iraido Itokasu y Gerardo González,
JARDINEROS: Segundo Duque, El Congo Macías, Roberto Cubas y Tomás Centeno. LANZADORES: Tomás Cantero, Rolando Morales, Raul Díaz, Eloy González.

Es tan convincente el trabajo del profesor René Morales Pazos en el pre-universitario moronense, logra resultados tan integrales, crea un equipo de profesores tan capaz y profesional, que al triunfar la Revolución en 1959,se le reconocen sus méritos en la formación de valores y juventudes que es nombrado Jefe de la Cátedra de Educación Física de la Dirección Provincial de Educación en Camagüey.

Con la desaparición de la Liga Interprovincial y el Instituto de Segunda Enseñanza, cuya cátedra de Educación Física se convierte en potencia deportiva desde su surgimiento, nuevos aires llegan a la Ciudad del Gallo estimulados, además, por “Los Deportes al día” y la fiebre de beisbol que se eleva en los seis centrales azucareros y en las numerosas comunidades y poblados del vasto territorio. Todo lo encierra la Liga Campesina de La Trocha, un gran movimiento deportivo no conocido hasta entonces ni repetido después; alrededor de cincuenta equipos de tres términos municipales, abarcadores del occidente camagüeyano que, cada fin de semana, celebran verdaderas fiestas deportivas, encuentros amistosos plenos de alegría que hacen realidad un sueño y escriben una historia irrepetible, que el curso de los años sustenta y mantiene como premisa, para prolongarse y llegar con vida hasta bien entrado el Siglo XXI.

Muchos, muchos son los equipos de calidad demostrada que intervienen en esta Liga por la que transitan, a lo largo de tres años, numerosos talentos que más tarde prestigian la pelota de La Trocha. Como equipo insignia de esta Liga original el Equipor de Historia elige al Deportivo Puya, novena organizada en la comunidad del mismo nombre perteneciente al barrio “Coronel Hernández”, que agrupa a peloteros de indiscutible calidad y que obtiene, en el último torneo, 22 victorias consecutivas. Estos sus integrantes:

RECEPTORES: Raimundo Machado y José Morales;
JUGADORES DE CUADRO: Rolando Almanza (Director), Manolo González, Elpidio Rodríguez, Evelio (Bello) Vázquez, Dr. José Zamora y Ernesto Zamora.
JARDINEROS: José Cepero, Sebastián(Tan) Vázquez, Orestes Morales, José Antonio (El Diablo) Soler, “Poquitín” Davis y Berto Zamora.
LANZADORES: Oliden Companioni, Ortelio (Tello) Morales, Fermín Sosa, Idael (El Americano) de la Paz, Fermín Vázquez y Waldo Zamora.

El 9 de Abril de 1958 es inaugurado el nuevo estadio de Morón, instalación acondicionada, arrendada y puesta en funcionamiento por la”Operadora Deportiva Morón S:A:”perteneciente a la organización de los Cubans Sugar Kings, que muy temprano la pone a disposición del beisbol con el fin de crear una Academia de talentos que no tarde en constituirse. Jóvenes con facultades residentes en el territorio, en la provincia y en otras regiones del país, son incorporados al nuevo centro de entrenamiento, desarrollo y perfeccionamiento, cuyo fin es surtir y aportar a la organización cubana de la Triple A y a otras organizaciones de las llamadas Grandes Ligas de Estados Unidos.

Al frente de la Academia es nombrado el Dr. José Zamora González,(Pepito) estomatólogo formado en la Universidad de La Habana donde, además brilla como pelotero al desempeñarse durante tres años como torpedero del equipo universitario, en el campeonato de la Unión Atlética de Amateurs de Cuba, donde logra la categoría de Atleta Caribe.Los noveles “Gallitos de Morón” desgranan talento y celebran numerosos topes en distintos lugares de la Isla y frente a conocidos seleccionados, actividad formadora que permite, tras medio año de dedicación, la firma y contrato de varios internos y de otros que, por razones varias declinan la incorporación al profesionalismo. El equipo de la Academia de los Cubans, dirigido por el Dr. Zamora, está conformado así:

RECEPTORES: Edwin Regis Simpson y Mariano Dajud.
JUGADORES DE CUADRO: Eloy González, Raúl Despaigne, José Antonio Hoyos, Ricardo Díaz de Quesada, Evelio (Bello) Vázquez, Rafael López y Alberto Álvarez.
JARDINEROS: El Congo Macías, Tony Zardón, José Hernández Drake, El Haitiano González, José R. Villar, Ultus Álvarez, Cándido Andrade, Segundo Duque y Jesús Martínez.
LANZADORES: Onelio (El Létigo) Ordaz, Raúl Díaz, Antonio (Ñico) Parada, Isrrael Ferrer y Rubel Pulido.
NOTA ACLARATORIA: En la plantilla de la Academia se incluyen otros talentos que nunca se incorporan, mientras que algunos de los aquí incluidos nunca se presentan y entre los captados y firmados hay jugadores que no tienen actuación en este equipo, incluso, nunca acceden a la oficializada institución docente; algunos de ellos aparecen como captados en Morón sin ser matriculados. En buen cubano se entiende que tan temprano como 1958, ya se practicaba en la pelota cubana el robo de talentos.

Con el triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959, las prontas agresiones del imperio, la prohibición a los peloteros profesionales estadounidenses de jugar en la Liga Invernal Cubana, la eliminación del deporte profesional y otras medidas propiamente transformadoras, revolucionarias, demandan cambios significativos en el movimiento deportivo cubano. La pelota profesional con jugadores nacionales solamente no da respuesta a la necesidad del espectáculo que el pueblo necesita y demanda, pero en ese momento solo alumbra la luz de la unidad, la posibilidad de agrupar a todos los peloteros que se desempeñan a las diversas ligas populares que habitualmente se conocen en distintas regiones del país.

Cómo ensayar, cómo comprobar esta posibilidad? La Dirección General de Deportes dirigida en ese momento por el Capitán Felipe Guerra Matos, convoca al Campeonato Nacional de Beisbol Amateur, en el que se agrupan los mejores equipos de cada una de las seis provincias; el resultado del experimento es magistral. El estadio de Morón tiene su protagonismo, intervienen los matriculados en la Academia de los Cubans que no saltan al profesionalismo, y la región, además de representada, aporta a la materialización de esta experiencia que, dos años más tarde, gana el nombre de Pelota Revolucionaria. El Campeonato Nacional Amateur de 1960 y el histórico enfrentamiento entre los campeones de Oriente y Occidente protagonizado por los equipos “Mulos de la Nicaro” y “Universidad de La Habana” en 1961, anuncian el nacimiento de una nueva era para el beisbol cubano.

(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón)

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