Por Arquimedes Romo Pérez

La afición moronense es una privilegiada, vive distintas etapas en las cuales disfruta del espectáculo deportivo y conoce de momentos inolvidables que se insertan en el acontecer de la ciudad para perdurar; pelotazos, lanzamientos, batazos, acontecimientos, logros y sorpresas, en fin, otros hechos que conforman la historia del béisbol en la Ciudad del Gallo, en torno al principal protagonista: el “Paquito Espinosa”.

Así ocurre el 19 de Febrero del año 2000 en ocasión de la visita del equipo de La Habana en compromiso frente a los Tigres de Ciego de Ávila, cuando se organiza el acto de reconocimiento y retiro, de uno de los más fieles protagonistas de la manada, el jugador de Cuadro Juan García Fabá, pelotero de gran colorido, con larga estancia en el equipo de la provincia ,que tras debutar en la pelota nacional en Pinar del Río, regresa a su tierra natal, se incorpora fielmente a su bandera y además de tributar su amor a la camiseta y su juego alegre y dinámico, lega, como valioso aporte, a su hijo Vladimir que, más tarde, se convierte en figura cimera de la pelota provincial y nacional. Juancito participa de 10 series nacionales, y en 1,696 veces al bate conecta 469 hits para promedio de 277, con 267 carreras anotadas, 62 dobletes, 22 triples, 35 cuadrangulares y 159 carreras impulsadas.

Para todos los amantes de la pelota en la Ciudad del Gallo, el ”Paquito Espinosa” es el hermoso refugio, el confidente de los enamorados del deporte nacional, y, por tanto, cómplice de todos los momentos que hoy conforman la historia, por lo que no se obvia al triunfo del equipo local en la primera convocatoria del Campeonato Provincial de Beisbol Sub 23, en cuyo partido final , decisivo en las aspiraciones de cada uno de los dos contendientes, los Gallitos logran importante victoria de 3 carreras por 2 ante los montañeses del municipio Florencia; es este el primer triunfo en esta nueva categoría.

Como que la pelota es el alimento del espíritu de los aficionados, una gran alegría representa para todo el pueblo, la información difundida por los medios informativos nacionales el 5 de Marzo de 1999, de que “El Cañón de La Rosa”, el receptor Roger Machado Morales, es incluida en el equipo Cuba, que enfrenta amistosamente a los Orioles de Baltimore, equipo histórico de las Grandes Ligas estadounidenses.

Pero el béisbol que premia y estimula a sus devotos también encumbra, atiende, premia y reconoce a los hijos que lo sustentan, y esto es lo que ocurre el 6 de Marzo de 1998, cuando el gobierno municipal y la dirección de deportes de Morón reciben, premian y rinden homenaje de reconocimiento, a dos importantes hijos, dos valiosos trabajadores de la prensa, dos excelentes narradores deportivos, insignias de los medios nacionales cubanos: Eduardo Martín Sánchez (Edy Martin) y Rolando Crespo Rodríguez, ambos nacidos en Tamarindo, Término Municipal de Morón.

Y es de destacar que estos periodistas, narradores deportivos de excelencia, brindan también su maestría a la radio y al béisbol de la ciudad un día después, cuando son recibidos, junto al monumento al Gallo, a la entrada a la ciudad, los peloteros, funcionarios del deporte y personalidades invitadas, que más tarde son recibidos por el pueblo y homenajeados en el “Paquito Espinosa”, antes de visitar el polo turístico “Jardines del Rey” en memorable excursión, previa al Juego de las Estrellas de la pelota cubana, a celebrarse en el estadio “José Ramón Cepero” de Ciego de Ávila, un día después.

Otro de los grandes momentos del beisbol rubricado en el estadio de la Ciudad, inolvidable para la afición por su gran significado, ocurre unos días después del Juego de las Estrellas de 1998, exactamente el 15 de Marzo. En esa memorable fecha la afición que asiste a la principal instalación deportiva de Morón, disfruta de una importante victoria de los Tigres de Roger Machado, que inspirados y aguerridos se imponen inobjetablemente a los “leñadores” de Las Tunas, con marcador final de 5 carreras por 0, con el gran complemento de lograr, con este resultado, la clasificación para acceder al play off de la 37 serie nacional de béisbol.

Cuando se habla de pelota regularmente se habla también de “jonrrones”, de grandes cuadrangulares, de ese batazo esperado siempre, para unos de salvación y para otros de dolor, pero que tanto significa para la dinámica de nuestro deporte nacional. Según un veterano cronista deportivo,”. la pelota sin jonrrones no es pelota”. Y no hay duda que el bello “Paquito Espinosa” es un estadio proclive a los cuadrangulares; no porque la distancia de las cercas sea más corta, sino porque regularmente el aire, en esta parte de la ciudad, casi siempre bate con fuerza hacia el jardín izquierdo, la dirección de fuerza de los bateadores derechos que, regularmente, son los más.

Y si hablamos de cuadrangulares es bueno recordar que el primer bateador que conectó tres bambinazos en un partido en el “olímpico” moronense fue, el entonces jovencito, Leonardo Cárdenas, torpedero del Club Cienfuegos posteriormente, quien lo hizo como parte de los talentos del Azúcar al topar con los Gallos de la Academia local. En 2006, temporada en la que el “Paquito” es la guarida de los Tigres, el día 15 de Marzo, el jardinero izquierdo avileño Yoelvis Fiss bota la bola tres veces frente a Camagüey. Y al hablar de la provincia agramontina y de cuadrangulares, vale recordar que el 19 de Marzo de 1989,en partido donde se enfrentan los equipos de esta provincia Camagueyanos y Agropecuarios, Leonel Moas dispara un batazo que, medido por el Equipo de Historia del Deporte, recorre 470 pies, y hoy después de tantos años se mantiene como el batazo de mayores dimensiones conectado en el estadio de la Ciudad del Gallo.

El 9 de Abril de 1998 se celebra por primera vez en grande el aniversario de la principal institución cultural de Morón, la que no es otra que el Estadio “Paquito Espinosa” escenario por el que transitan a través de los años los principales espectáculos deportivos, culturales, sociales y patrióticos presentados en la ciudad. Se celebra el vigésimo aniversario de la instalación y se hace con la presencia de la Banda Municipal de Conciertos, están presentes las principales autoridades del municipio y del deporte . En el marco de la celebración se estimulan a los trabajadores del centro, se reconoce el esfuerzo realizado para el mantenimiento óptimo del estadio y se presenta un hermoso espectáculo multicolor en el cual se imbrican tablas gimnásticas, exhibiciones de diversos deportes, demostraciones de habilidades y una vistosa actividad cultural con artistas de la ciudad.

Quizás el momento más triste ocurrido en el estadio moronense sucede el 14 de abril de 1961.Se efectúa un partido amistoso entre equipos juveniles de la ciudad, en segunda base corre el atleta Nelson Morales, está adelantando, intenta salir hacia tercera, el lanzador actuante se vira hacia la intermedia y la bola pega contundentemente en la sien del corredor quien cae desplomado por el impacto. Los participantes y los funcionarios del INDER lo trasladan de inmediato al hospital de la ciudad, pero el golpe le genera una hemorragia que le produce la muerte pocos días más tarde. En honor a su memoria el terreno infantil insertado dentro del área perimetral del “Paquito Espinosa” y escenario por muchos años de los principales torneos infantiles, lleva el nombre recordado de “Nelson Morales”.

Lo conocido recogido por la historia demuestra que entre las ideas fundacionales de lo que hoy es el estadio “Paquito Espinosa” corazón del béisbol en Morón, están sus facilidades y condiciones propias naturales para funcionar como Campo de Entrenamiento. Esas posibilidades son detectadas por funcionarios nacionales del deporte y en el año 1998, la Comisión Nacional de Béisbol selecciona al estadio de la Ciudad del Gallo, para la preparación del equipo cubano que asiste a los Juegos Olímpicos. Como parte necesaria de las instalaciones complementarias se dota al complejo de una Jaula de Bateo de dos posiciones en la que puedan entrenar cuatro jugadores al mismo tiempo. La obra de excelencia es construida por los técnicos y trabajadores calificados del Ministerio de la Construcción y de los Talleres Ferroviarios de Morón.

Y en torno a este hecho, verdadero acontecimiento deportivo para la Ciudad del Gallo, queda en la historia que diez días después de la entrega de la Jaula de Bateo, exactamente el el 10 de Mayo de 1998, arriba a Morón la preselección nacional cubana de béisbol dirigida por Higinio Veliz, la cual es recibida en el Hotel Morón en un sencillo pero emotivo acto, en el cual están presente las autoridades políticas y de gobierno, la dirección de deportes de la provincia y el municipio de Morón.

Según asegura un gran maestro del periodismo deportivo, un equipo o un atleta “nunca es tan bueno como cuando gana, ni tan malo como cuando pierde”, y esta máxima tiene una consecuente aplicación en un atleta que, sin duda, es una gloria deportiva en activo, pero que, por otra parte, tal vez por su larga permanencia en nuestra pelota local, provincial, nacional e internacional, es víctima de incomprensiones. Y es ese el caso de “El Cañón de La Trocha” Vladimir García Escalante, uno de los grandes lanzadores de la pelota cubana. Comienza en el béisbol de niño y como poderoso bateador para su edad, con solo diez años participa en su primer evento internacional: viaja a Brasil y actúa en el Mundial Infantil.

Es protagonista principal de los tres títulos nacionales logrados por los Tigres de Ciego de Ávila, amplísima su hoja de servicios y entre sus resultados sobresaliente se cuenta que el 11 de Mayo de 2009, supera el récord de juegos salvados por un lanzador para un calendario de 70 partidos; ese día el Vlady logra su salvamento número 25 y supera la marca de 24 que entonces lidera el zurdo Norberto González.

(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón)

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