Por Arquímedes Romo Pérez
La difícil situación económica de la nación, la falta de recursos, la fuga y robo de talentos, la decidia manifiesta ante el cumplimiento de tareas permanentes y el incierto trabajo de algunas estructuras del organismo deportivo, conducen al béisbol local por una vía descendente de la cual no escapa el estadio Paquito Espinosa.
Esa es la institución que soporta por medio siglo un gran movimiento que sitúa a Morón entre los municipios más activos y reconocidos del país; grande es el aporte de esta región al deporte nacional: más de medio centenar de atletas, cuatro directores de equipos y seis árbitros nacionales.
Desaparecen los partidos de la serie nacional, el “Paquito Espinosa” es olvidado por la Comisión Nacional de Béisbol como centro de preparación, dejan de celebrarse los campeonatos provinciales con los juegos imprescindibles para medir y desarrollar la calidad de los jugadores, las novenas dejan de invertir en la adquisición de uniformes, no hay amplificación en el estadio para presentar a los atletas, las tribunas están desoladas, no existe interés de los aficionados; en fin, con las dos primeras décadas del Siglo XXI se va la alegría y viene el dolor de las gradas desiertas.
Para tranquilidad, quizás, de los amantes del deporte nacional, el declive de la disciplina no solo afecta a la Ciudad del Gallo, sino que se generaliza, se multiplica, y en la esfera más alta de la Isla se manifiesta en mayor dimensión; la pelota cubana, afectada por todo lo señalado, merma su calidad, desciende en su poderío y necesita del tratamiento terapéutico urgente, que contra todos los pronósticos, se manifiesta nada menos que en paralelo con la terrible Covid, la pandemia que inunda de dolor y muerte a todo el mundo. Cuando en 2019 aparecen los primeros casos, ya la serie provincial de beisbol es una pura mueca de lo que debe ser un torneo de esta categoría.
Cuando los máximos comprometidos con este tradicional evento consideran que no existen talentos nuevos en el territorio, y que los “gallos de ahora” carecen de la potencia deseada, quizás no se percatan que no solo nos agreden las causas que están afectando a nuestro deporte nacional, sino que aquí, en la ciudad, en el corazón del municipio, también se pierde el concepto de masividad que debe primar en la pelota; ya no hay terrenos de placeres, ya no se juega en las calles, ni en los barrios, ni en las comunidades, ni se celebran pitenes, ni hay juegos amistosos, ni existen novenas en entidades, barrios o centros laborales: sencillamente no hay peloteros porque no se juega, no hay espectáculo porque no existe interés y la radio local no trasmite los partidos, porque las series provinciales carecen de calidad.
Veinte años después del último trabajo general de mantenimiento aplicado al “Paquito Espinosa”, exactamente en 2018, el nuevo director de deportes en el municipio Lic.Suankis Barreiro, ex -receptor de los Gallos, el metodólogo de béisbol Marcial Cardoso y el Comisionado Municipal Andrés García (padre), sensibilizados con el deporte que aman, se dan a la tarea de trabajar en la base a nivel de consejos populares y, al mismo tiempo, emprender un proceso de restauración del estadio que, en los últimos años, ante la carencia de drenaje y la obstrucción de los canales que protegen el área, se convierte en un gran lago ante cualquier nivel de lluvia. Así se va al rescate del terreno, de las cercas perimetrales de la instalación que están en franco deterioro, se aplican soluciones para las filtraciones en la placa volada, se reconstruye la cabina del palco de la prensa que está en ruinas, se levanta y acondiciona el terreno en pésimas condiciones con hundimientos en los jardines y exceso de dureza en el cuadro y, además, se aplica la pintura a la instalación, amplían los dougouts, se repara la red hidráulica y se da el mantenimiento requerido a la jaula de bateo, al pitcher play y las instalaciones complementarias.
Con gran voluntad y arrojo se afronta el caro empeño, al tiempo que irrumpe la Covid, sin embargo, la terrible pandemia que obliga a la toma de diversas y variadas decisiones en todas partes y en todos los sectores, se torna provechosa en el deporte local. Al detenerse la actividad presencial en todos los Consejos, los profesores, técnicos y entrenadores deben cumplimentar su actividad laboral en el propio organismo municipal, oportunidad que se aprovecha para vincular toda la fuerza al trabajo de restauración del estadio que, después de casi dos años de silencio e inactividad, resurge espléndido, distinto, totalmente restaurado, embellecido tal y como aparece ante el pueblo, aquel 9 de Abril de 1958.Un resultado de excelencia, una demostración de que se puede cuando se quiere.
Es válido destacar que al reanudarse las actividades deportivas post Covid y ante la puesta en marcha de la Serie Nacional de 2022, funcionarios del Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Recreación (INDER) y de la Comisión Nacional de Béisbol, recorren todo el país e inspeccionan los estadios de las cabeceras provinciales a los efectos de la aprobación del calendario para el evento próximo; ante el reclamo de la provincia visitan Morón y resulta tal la impresión causada por el gran trabajo realizado que, ya en marcha la contienda, se le asignan al “Paquito Espinosa” los únicos dos partidos jugados en un estadio fuera de las cabeceras provinciales.
Ya con la categoría de Patrimonio Cultural de la Nación, y con las excelentes condiciones de la principal institución de la Ciudad, la Vice presidencia del INDER repite la visita al “viejo olímpico” y otra vez aparece en su historia la categoría de Centro de Entrenamiento; Morón y su estadio tienen todas las condiciones para que aquí se preparen las selecciones nacionales Sub 15 y el Sub 18, ambas lo hacen y otra vez la instalación muestra sus facilidades reconocidas por el más alto nivel del organismo deportivo, cuando manifiesta que Morón es el lugar ideal para estas funciones.
Resulta de gran importancia lo reconocido por la dirección nacional del organismo deportivo; no solo se preparan sobre el césped del “Paquito Espinosa” estas selecciones menores, es de recordar que en los años ochenta del pasado siglo, es esta instalación escenario de preparación de dos grandes selecciones nacionales. Y tiene mayor importancia cuando se piensa en la posibilidad de hacer realidad el gran proyecto de Boby Maduro, cuando en 1958 arrienda el nuevo estadio de la ciudad para instalar la Academia de los Cubans Sugar Kings y crear un Campo de Entrenamiento Internacional.
A propósito muchos piensan hoy: Si Maduro invirtió todo un capital en Morón establecer un Campo de Entrenamiento con fines turísticos y aprovechar el sol y playa de Cuba y las aguas de la Laguna de la Leche, cuando Morón carece de hoteles y los atletas deben asistir desde el pequeño aeropuerto de Mayajigua, ¿ por qué no ahora el INDER y el Instituto de Turismo aprovechan que casi todos los países de Europa practican beisbol y abren un Campo de Entrenamiento de Sol y Playa, cuando Morón cuenta con dos aeropuertos cercanos, los hoteles que se deseen y todas las condiciones para entrenar y disfrutar?
(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón)