Por Arquímedes Romo Pérez

En el corto periodo de poco más de un año la entidad “Operadora Deportiva Morón S.A.” representada por el magnate beisbolero Roberto Maduro Lima (Boby),tiene una valiosa presencia en el deporte moronense. Los sueños del importante dirigente deportivo, se hacen realidad al instaurar una pequeña Academia en la cual se insertan jóvenes talentos que conoce, observa y sustenta, y al mismo tiempo, experimenta en torno a sus propósitos más avanzados.

Boby es un hombre acaudalado, poseedor de valiosas propiedades en el municipio, rico colono del Central Cunagua, que, desde muy joven, apuesta por el béisbol, como hoby y como negocio.

Ciertamente, por su espontánea decisión de ayudar en la puesta en funcionamiento de un buen estadio en Morón, por el desprendimiento mostrado y los esfuerzos sostenidos realizados a lo largo de dos o más años, para el acondicionamiento de la instalación y convertirla en la más moderna del país, merece toda la admiración y el respeto del pueblo. Boby trabaja, ayuda, se compromete y logra poner en funcionamiento en la localidad, una instalación que aún hoy, a siete décadas de su inauguración, es una bella realidad; el sueño realizado de un pueblo agradecido, la principal institución cultural de la Ciudad del Gallo, por la que transitan a lo largo del tiempo los más importantes eventos y espectáculos vistos en este pueblo.

En el corto periodo que media entre el 9 de Abril de 1958 y el Primero de Enero de 1959, triunfo de la Revolución, el “ estadio olímpico “de Morón, además de sede permanente de la naciente Academia de Talentos del Béisbol, es escenario de la serie final nacional de la FANAI y del Campeonato de Béisbol Infantil que, convocado por el Ministerio de Educación y la Dirección Nacional General de Deportes, se celebra cada año como actividad deportivo-recreativa del verano, lo que en la era revolucionaria se extiende a Juegos Escolares Nacionales, por todos conocidos.

También la ya visitada instalación acoge cada viernes un modesto pero muy concurrido cartel boxístico a partir de la presencia en Morón de Marcelo Escalada (El Mochuelo), entrenador de vasta experiencia que Boby Maduro ubica en Morón, donde capta jóvenes amantes del más viril de los deportes y prepara una escuadra integrada por peleadores de la localidad, que garantizan el espectáculo de cada semana, enfrentando a complejos similares de la provincia y otras partes del país. Estos carteles se unen a las propuestas que cada semana organizan con la visita de diferentes equipos que, además de protagonizar el espectáculo, contribuyen al desarrollo y preparación de los locales.

Cuando después de siete décadas se recuerdan los hechos o acontecimientos ocurridos en el estadio de la ciudad, resulta necesario evocar las memorables presentaciones de diversos géneros que utilizan este bello escenario que, desde muy temprano, se vislumbra como institución cultural por el contenido de sus atracciones. En este estrecho período inicial y antes de abrirse a la participación generalizada, y convertirse en escenario diario y permanente de la pelota de La Trocha y la provincia, el “olímpico” se abre a un espectáculo único, inusual, verdaderamente espectacular, como “Los Volantes del Infierno”, grupo de atletas mejicanos que sobre sus máquinas voladoras ,autos y motos, hacen las más arriesgadas acrobacias, acometen los más arriesgados ejercicios y ejecutan las más peligrosas acciones, para desafiar el riesgo, sorprender al público y despreciar la vida. Este inusual espectáculo artístico de riesgo manifiesto es como una clarinada, un anuncio de que el bello y moderno estadio construido para el Béisbol, es también un gran escenario multipropósito por el que pueden desfilar otras muchas manifestaciones atractivas y necesarias para la ciudad.

Ante el triunfo de la Revolución Cubana el Primero de Enero de 1959, la “Operadora Deportiva Morón S.A.” abre sus puertas, mantiene su plan de trabajo, colabora con la Dirección Nacional General de Deportes, apoya la obra del pueblo en momentos de creciente entusiasmo, se une al programa que en materia deportiva dirige ahora el Capitán Felipe Guerra Matos, pero al producirse el enfrentamiento directo a la política de agresión, hegemonía y bloqueo lanzada por los vecinos del Norte, la pelota cubana es agredida y privada de la presencia de atletas estadounidenses, decisión unilateral que obliga al gobierno cubano a eliminar el profesionalismo .Esta respuesta acaba con la Liga Invernal y mutila la presencia cubana en la Liga Internacional Triple A, desaparece la Academia de talentos de Morón, cesa la presencia de Boby Maduro en La Trocha, mueren el sistema de captación y desarrollo de atletas y el proyecto en marcha del futuro Centro de Entrenamiento Internacional.

Si bien es cierto que en los primeros meses de 1959 se mantiene la “Operadora Deportiva Morón S.A.” al frente del estadio y se celebran partidos de la Liga Internacional Triple A, aparecen contradicciones que se oponen al normal funcionamiento de la entidad. Con el inicio de la Liga Invernal Cubana y las diversas ligas invernales del área latinoamericana y del Caribe, avanzan hacia sus soñados objetivos varios de los muchachos de la Academia, pero no regresan ni otros talentos hacen nueva matrícula. Concluye así una linda experiencia que inserta a Morón en el exclusivo capítulo de una Academia formadora de jóvenes figuras para nutrir las filas de los queridos “Reyes del Azúcar” y la pelota del área caribeña.

Al cierre de las actividades docentes Regis Simpson, ingresa en los Tigres del Marianao, se va después a las Ligas Menores donde sufre el rigor de la discriminación racial, regresa Cuba, continúa en su universidad y se hace médico pediatra y como tal trabaja muchos años en Las Tunas; Monguito Romero, lanza con los rojos del Habana; Ultus Álvarez, lo hace con Cienfuegos; Alberto Álvarez, ingresa en el Marianao; José Ramón Villar, va al Almendares; Tony Zardón, va con el Marianao y el grupo donde están “El Látigo” Ordaz, Arnaldo Fragela y Tomás Centeno médiante la Academia o por contrataciones directas, se mueven a distintas organizaciones en ligas menores para escribir “el epílogo de un sueño”.

(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón.)

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