Por Arquímedes Romo Pérez

La de Morón, es la más antigua población de la actual provincia de Ciego de Ávila. Ubicada en las márgenes de la Costa Norte del mismo centro del caimán antillano, enclaustrada entre declives y pantanos se encarama en la parte más elevada del casi imperceptible Morón, para crecer, vencer las dificultades topográficas que la aíslan y crear sus propias vías de subsistencia, alejada del corazón de la Isla, incomunicada y ajena al acontecer cultural de la nación, obstáculos insalvables que le exigen desarrollar sus propias fuerzas y crear su propia cultura.

Sin poder determinar aún su fecha exacta de nacimiento, lo que se conoce como la principal tradición, el Día de la Candelaria, patrona de la localidad, es adjudicada por muchos a los tiempos de la colonia, pero quizás tenga su nacimiento verdadero en un tiempo más remoto, con los primitivos pobladores, los fundacionales del villorrio, los que llegaron en canoas mezclados con los peninsulares, aquellos que se deslumbraron con la belleza y vegetación de éste “oscuro rincón del mundo”, que con acción sostenida se abre al futuro, con sus propios hijos y sus propias fuerzas.

Hasta la mitad exacta del Siglo XX, Morón, pese a sus dimensiones territoriales con más de 4 mil kilómetros cuadrados, sus seis centrales azucareros, su Isla de Turiguanó, su bella cayería aledaña, y su plateada Laguna de la Leche, es una villa olvidada, hasta cierto punto abandonada a sus propias posibilidades, y muy alejada del desarrollo tecnológico y cultural que prevalece en el país; el Ferrocarril del Norte de Cuba, construido en la década de los años veinte, es la única vía de comunicación que permite moverse a los residentes.

Vale recordar que cuando sale al aire la segunda emisora de la ciudad el 19 de Noviembre de 1949, su identificación reitera cada 15 minutos:”Transmite CMJX Radio Morón, desde Morón, ciudad sin carreteras ni caminos vecinales. No somos aldeanos, queremos teléfonos automáticos”. No es hasta 1951 que tras grandes manifestaciones protagonizadas por el pueblo y las organizaciones populares, se logra la terminación de la carretera que une a las ciudades de Ciego de Ávila y Morón. Hasta entonces no existen vías pavimentadas que accedan a la ya creciente Ciudad del Gallo.

Hasta el 9 de Abril de 1958, fecha en que se inaugura el estadio olímpico de Morón, la juventud de la ciudad tiene tradiciones arraigadas que conforman parte de su identidad para comunicarse, socializarse y elaborar la cultura que le alimenta, la necesaria, la imprescindible en una ciudad que crece rápidamente. Morón, con sus propias fuerzas, determina y masifica su quehacer, sus costumbres, mediante las instituciones sociales, las románticas serenatas, las verbenas populares que se organizan en los barrios en fechas tradicionales, los grandes carnavales populares que traen a la ciudad las mejores orquestas del país y la centenaria Banda Municipal de Conciertos encargada de poner la expresión culta que demanda la elite local con sus retretas en el parque “Agramonte” primero, y después en el“ Martí”.

Cuando el 9 de Abril de 1958 se abren las puertas del “olímpico” moronense y se iluminan sus ocho torres lumínicas, nuestros abuelos recuerdan las leyendas del Guíje de los Esteros y las excursiones masivas de niños, jóvenes y adultos a Punta de Novillo en época de caimitillos, y las noches en vela en espera de la presencia de la Luz de San Fernando.
También se hace tradición la visita de los jóvenes a los andenes de la bella Estación Terminal de Trenes para recibir o despedir a los viajeros que se mueven en el constante transitar de coches y vagones y, como punto culminante, la cita dominical en el parque “·José Martí”, donde se concentra y viste sus mejores galas la juventud de la época; mientras las damas exhiben belleza, caminan y conversan vuelta tras vuelta por el iluminado placer, los jovenes comentan, observan y respetuosamente lanzan piropos, intercambian miradas, gestos y expresiones para que nazcan y crezcan muchos y bellos idilios.

Pero cuando el 9 de Abril de 1958 Morón cuenta con una instalación tan moderna, añorada y atractiva como el nuevo Estadio, se dan los primeros pasos hacia el nacimiento de una nueva tradición; desde ese minuto es menor la asistencia a los andenes ferroviarios y se reduce el número de asistentes dominicales al Parque Martí, porque después de la matutina retreta se encaminan los pasos hacia el nuevo “olímpico”, cuyo espectáculo deportivo o cultural, sin que se tome en consideración su magnitud o trascendencia, es el motivo indicado para que las muchachas muestren sus modas, sus peinados, sus encantos, los jóvenes mezclen deportes con amor y el pueblo todo disfrute sus sueños. El nuevo Estadio es el centro de atracción de la ciudad, el lugar preferido, el sitio obligado, la principal institución sociocultural de la Ciudad del Gallo.

Pese a la difícil situación económico-laboral que vive el pueblo, a las privaciones, necesidades, y la opresión reinante por la odiosa dictadura que enluta al país, Morón vive momentos de alegría y satisfacción con su nueva joya. Pocas horas después de celebrada la Serie Final Nacional de la FANAI, se conoce de la apertura de la Academia de Talentos de los Cuban Sugar Kings, a la que acceden jóvenes peloteros de distintas partes del país, aunque especialmente del territorio. La Academia,-otro sueño de Boby Maduro- funcionará como equipo en desarrollo, contará con un cuerpo técnico capacitado y celebrará encuentros amistosos con equipos de otras provincias y especialmente con instituciones similares que la propia organización atiende en otras partes de la Isla.

Con los albores de la organización se conoce que el equipo de la Academia es dirigido por el Doctor José Zamora González, “Pepito” atleta “Caribe” que durante tres años se desempeña como torpedero de la Universidad de La Habana en el torneo de la Unión Atlética, al tiempo que se conocen nombres de jóvenes del territorio, del campo, la ciudad, centrales azucareros y comunidades que, por sus actuaciones en los eventos anteriores , muestran facultades como para tenerlos en cuenta desarrollarlos y formarlos para empeños mayores en el deporte nacional.

En el primer llamado a la Academia se escucha el criterio de varios conocedores del béisbol en la localidad como Rolando Almanza (Cubiles), Silvio Rodríguez, José Jorge, Orestes Puertas, Arístipo Naranjo, José Martín Pino, Pablo Cuesta, Miguel Romero y “Cuco Pérez, quien preside en su carácter de representante del Presidente de la entidad organizadora y otros invitados que ,el 3 de Mayo de 1958, se reúnen en las oficinas del propio estadio donde se sugieren nombres, se analizan resultados y se informa de los preparativos que se realizan y aseguran ,para celebrar el día 14 de mayo, el primer partido de la Liga Internacional Triple A en Morón, entre los equipos Agujas de Miami y los Reyes del Azúcar, en lo que se prevé y más tarde se concreta, como la verdadera inauguración de la bella instalación deportiva, a juzgar por la presencia de aficionados, que desde ese mismo día engendran “una nueva tradición”.

(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón.)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *