Por Arquímedes Romo Pérez

Llega el 27 de noviembre de 1957, fecha triste, fecha de dolor, aniversario del fusilamiento de los estudiantes de medicina, fecha reprimida ahora por una férrea dictadura que ahoga las libertades individuales y patrias, pero que esta vez, en Morón, adopta un contenido diferente: este día el ingeniero Antonio Carvajal, al frente del equipo constructor, hace entrega oficial a la Alcaldía Municipal del estadio de Béisbol de la Ciudad.

Está completamente terminado en su estructura física, diseñado bajo el moderno y único proyecto de su tipo en el país, donado a la ciudad por el arquitecto Manuel Galguera.

Concluye la construcción de una instalación única en su tipo; primera de la Isla con placa volada, contrapesada, sin vigas y con vista panorámica desde cualquier ángulo, todo de concreto con capacidad para unas cinco mil personas. El diseño permite que, además de la gradería, puedan habilitarse palcos en la parte superior de la instalación como remate de las gradas y en la parte inferior más próxima al terreno de juego, facilidades éstas no conocidas en ninguna otra instalación del país. Unos años después, tras el triunfo de la Revolución, el mismo proyecto es ejecutado por el mismo arquitecto, en la construcción del estadio Numero 1 de la Ciudad Deportiva de La Habana, actualmente conocido como “Changa Mederos”.

En una investigación realizada por el Licenciado Rafael García Bidot, presidente fundador del Equipo de Historia del Deporte en Morón, se precisa que, desde el mismo momento que se inicia la construcción del estadio, nace el interés por el mismo de Roberto Maduro Lima (Boby), magnate del béisbol, dueño de la franquicia cubana de los Havana Cubans y más tarde de los Cubans Sugar Kings, dueño del Club Cienfuegos en la Liga Invernal Cubana y accionista de un equipo de la MLB, quien reside en el Central Cunagua, donde se le conoce como poderoso terrateniente, dueño de todo un barrio en el mismo corazón de la localidad y reconocido protector del béisbol en el lugar.

Según la referida investigación, Boby Maduro se compromete tempranamente con los Pardo Jiménez, para contribuir al acondicionamiento de la añorada instalación deportiva, pero lo hace con el marcado propósito de crear una Academia de talentos para sus intereses deportivos, tenerla a su alcance bajo su visión y utilizarla para el espectáculo al más elevado nivel. Por lógica, las pretensiones de Maduro son estimulantes y aceptadas por la dirección política del Municipio, que pone en manos del magnate el futuro de la instalación y del béisbol en Morón.

Cuando el 27 de Noviembre del 57 se hace entrega de la obra constructiva terminada y cuando aún no existe documento alguno firmado entre la Alcaldía y Boby Maduro, éste ya inunda el área con materiales imprescindibles para el acondicionamiento de la instalación y el terreno de juego. Resulta sorpresivo para los aficionados que rondan el lugar y para todo el pueblo, el movimiento que se genera en el área y la presencia de obreros y técnicos nacionales y extranjeros que se dan cita en el lugar para poner a punto el estadio. Una brigada de trabajadores del Estadio del Cerro (Latinoamericano) dirigida por “El Pájaro” Cabrera, a la que se insertan trabajadores locales, se encarga de las medidas, diseño y acondicionamiento del terreno, en condiciones realmente especiales.

Un técnico cubano es enviado a Puerto Rico para adiestrarse en la instalación y funcionamiento de la pizarra eléctric, que será la primera en Cuba y la segunda en Latinoamérica, solo precedida por la colocada en el estadio “Hiram Bitork” de San Juan. Paralelamente se construye el Palco de la Prensa en la parte más alta de la gradería tras el home y los constructores levantan la estructura de hormigón donde se instala la pizarra eléctrica que con tres centenares de luces informa lumínicamente el desarrollo de cada partido. Tras estas instalaciones los comunicadores alistan el sistema de comunicación interior mediante el cual se conectan la pizarra, la caseta de anotadores, el palco de la prensa, la. casa de los árbitros y la oficina del estadio. Asimismo se acondicionan los palcos con cómodas butacas y se trabaja intensamente en la instalación del sistema de alumbrado para que, el nuevo estadio sea al primero del interior del país, con iluminación artificial para el juego nocturno.

Mientras que todo este gran volumen de trabajo se materializa en el acondicionamiento de la instalación deportiva que ya viste de gala, en el terreno un grupo de técnicos y obreros lleva a cabo una obra maestra, única en Cuba, dada la gran humedad que reina en el lugar. Para afirmar el terreno, disecarlo y afirmarlo, es necesario hacer una gran esfuerzo que va desde cubrir toda el área, interior y jardines, con arena de piedra, rellenar todos los puntos débiles del terreno, asegurar un sistema de drenaje por tres lugares distintos y acondicionar la parte interior, el cuadro, con profundidad y utilización de distintos materiales. De esta manera se asienta el terreno de home a una profundidad aproximada de un metro y a partir de ese nivel se coloca piedra rolliza, piedra picada, gravilla, vidrio partido, arena de piedra (polvo de piedra) y finalmente arcilla roja, traída desde Paso de Lezca en Camagüey.

Para el pueblo el acondicionamiento, la habilitación del nuevo estadio, es una obra sin precedentes, una verdadera maravilla de la arquitectura local y un ejemplo en este tipo de estructuras, que llena de orgullo a los amantes del deporte, a los atletas que tanto añoran un terreno digno en una ciudad noble que crece. Baby Maduro se convierte en benefactor, deja su nombre escrito con letras de oro en el beisbol de Morón y lo hace de manera tan precisa y espontánea, que ejecuta una inversión millonaria de manera voluntaria sin que exista un documento que lo garantice, porque el arrendamiento del estadio a la entidad “Operadora Deportiva Morón S.A.”, presidida por Roberto Maduro Lima, se hace firme, se legaliza, el día 7 de Abril de 1958, dos días antes de “hacerse la luz” por vez primera, en la inauguración oficial del nuevo Estadio de Morón.

(Memorias del Equipo de Historia del Deporte en Morón)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *