PRESENCIA EXTRANJERA EN LA PELOTA LOCAL….

Por Arquímedes Romo Pérez

La presencia de obreros y técnicos extranjeros en la localidad y la participación de jóvenes atraídos por el novedoso deporte de las bolas y los strikes, hacen que aumente el número de participantes y la calidad de la actividad, aspectos que mejoran cada día con la inclusión de este tipo de recreación en las fábricas de azúcar y poblados que van creándose en el territorio, al influjo de la instalación del ferrocarril y de la consolidación de empresas que muy temprano favorecen la práctica deportiva.

Con estos aires se conocen nombres y valores que en poco tiempo se adueñan de la admiración de los pobladores y no tarda en que estos precursores se agrupen y celebren periódicos encuentros en el Barrio de Colón, primero, y más tarde en el terreno del Ferrocarril, conocido como “Cuban Cane”, inaugurado el 31 de mayo de 1925 con un juago entre los equipos Deportivo Norte de Morón y Colegio Belda de Ciego de Ávila. En estos alegres placeres nacen los primeros atletas populares de la pelota y se despierta interés tal que no tarda en generalizarse y jugarse en otros lugares como el ”Buenavista Park”, en el interior del patio de los Talleres Ferroviarios, y algún tiempo después el concurrido terreno del Cuartel de la Guardia Rural, en el naciente Reparto Bellavista, donde se efectúan los primeros encuentros de equipos locales frente a visitantes de otros lugares del territorio.

En el segundo lustro de los años treinta ya se conoce y respeta el beisbol que se juega en Morón. Exactamente el 16 de agosto de 1939 inicia en La Habana la segunda Serie Mundial de Béisbol Amateur y en el cuarto turno de la alineación del equipo Cuba, aparece el “moronero” Bernardo Cuervo Santiuste. A partir de la presencia de esta gran figura, ganan el respeto de los fanáticos y se popularizan nombres como Avilio Acosta, Mario Pérez Cuesta,-padre de los hermanos Cuesta-, Aurelio Ulacia (Conguería), Ventura Cuesta, Manolo Sánchez, Lorenzo Rodríguez, el mítico Ñango Yanes y otros muchos, que destacan por sus habilidades en el terreno y que siembran un gran amor al deporte nacional que ya tiene en Morón un verdadero bastión.

La pelota de esta época también se desborda de la villa y aparece en las zonas campesinas donde inicia su desarrollo, hasta convertirse en la principal actividad recreativa, y antes de que aparezca de manera organizada en la cabecera municipal, se practica en diversos lugares del amplio Termino Municipal, donde adquiere relevancia como, por ejemplo, en Tamarindo, donde se presentan en distintas ocasiones jugadores importantes de la Isla y se organiza un fuerte equipo para la época, o en la zona campesina de Bocanaza, en el Central Violeta, donde se sistematizan los encuentros dominicales y hasta el deporte llega a calar en las féminas.

Precisamente el 30 de Diciembre de 1930 en horas de la tarde, en Bocanaza, tiene lugar el primer desafío de pelota femenina que se tiene noticia en esta provincia. Se enfrentan las novenas “Estrellas de Yayabacoa” y “Sport de Bocanaza”. Ambas novenas integradas por jóvenes de las mencionadas localidades. Al encuentro asiste numeroso público del poblado de Violeta. Por la importancia histórica del acontecimiento, se recuerdan ambas alineaciones. “Sport de Bocanaza: Receptora: Mercedes Más Peláez. Cuadro: Alida Naranjo Romo, Angélica Más Rodríguez, Edita Naranjo Lugones y Magdalena Naranjo Marrero. Jardineras: Zoila Aurora Morales, Esther María Morales y Aida Naranjo Jiménez. Lanzadora: Gudelia Más Peláez. Las “Estrellas de Yayabacoa”: Receptora Emma González Arena, Cuadro: Isolina Santos Triana, Blanca Morales González-Arena, Sara Rivero Pérez y Haydee Viart Sumala. Jardineras: Ana María Santos, Sabalia Rodríguez Naranjo y Enedina Morales González-Arena. Lanzadora: Elda Morales González-Arena. Como árbitro trabaja en este histórico partido: Oscarina Rivet Álvarez.

En la misma medida en que la pelota se practica en todo el territorio, se organiza en la ciudad, se crean equipos especialmente en las instituciones sociales, se celebran partidos sistemáticamente en diversos lugares, se organizan campeonatos locales, y mediante la práctica constante, se descubren talentos que enriquecen el novedoso deporte de las bolas y los strikes que, muy temprano, adquiere fuerza y se incluye en la preferencia popular; al finalizar la década de los años treinta, se juega pelota de calidad en Morón, Chambas, Tamarindo, Punta Alegre, Pina, Cunagua, Violeta, y Velazco ; ya son numerosos los peloteros conocidos con marcada calidad y en varias localidades campesinas se juega pelota.

El nivel alcanzado por esta disciplina deportiva en la tierra del Gallo, y la masividad que logra, hacen que el municipio sea un participante indiscutible en la fuerte Liga Interprovincial de Amateurs de Cuba, nacida en la década de los años cuarenta, con sede en la capital agramontina, la que incluye equipos de las provincias de Oriente, Las Villas y Camagüey. Es tal la fortaleza de Morón, que aparte del conjunto que debe representar a la ciudad, también se incluyen las novenas de Cunagua y Violeta, cuyas empresas favorecen el popular deporte, lo fortalecen y lo muestran como resultado del poderío económico de las mismas.

Es lamentable que en esa época la Ciudad del Gallo no cuenta con una instalación deportiva digna para acoger el gran espectáculo que significa esta poderosa liga de beisbol. El Morón Baseball Club tiene que jugar siempre en calidad de visitador porque carece de esa necesaria instalación, y los aficionados de la ciudad solo pueden ver a sus jugadores en el terreno del Cuartel cuando practican o se miden amistosamente a otra novena visitante. Este caldo de cultivo es el que influye para que el Doctor Benito Llanes Recino, historiador, abogado, profesor y periodista, se lance al ruedo e inicie el trabajo organizativo de un Patronato Popular que permita localizar el terreno y recaudar los fondos necesarios para que, por aporte popular, Morón pueda construir y poner al servicio del deporte una instalación adecuada para la práctica del Béisbol.

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