Por Arquímedes Romo Pérez
La Covid-19, la situación económica del país, el robo de talentos y la agresión permanente del imperio a nuestra bloqueada nación, han repercutido desfavorablemente en la marcha del deporte nacional, uno de los valladares históricos en la infraestructura ideológica de nuestro sistema político-social. Los resultados obtenidos en casi todas las categorías en eventos internacionales de nuestro deporte nacional, hacen que el máximo organismo deportivo cubano se proyecte por un trabajo integral en esta manifestación que va desde la base hasta el máximo nivel.
Esta política, emprendida no sin grandes esfuerzos, a partir de la presente normalidad , nos permite celebrar con éxito nuestra tradicional Serie Nacional, los torneos Sub-23, sub-21, juvenil ,sub-15 y esco con aceptables resultados en su conjunto, al tiempo que se emprende una dura tarea con la puesta en marcha de la presente Serie Elite que, si bien no está recibiendo el respaldo merecido de la afición, es un gran paso de avance para elevar el techo de nuestra pelota y buscar mejores resultados en compromisos internacionales, tan exigentes como la Serie del Caribe y el cercano Clásico Mundial
Esta integralidad manifestada en tiempos tan difíciles por la dirección de nuestra pelota, hace que, al mismo tiempo, se despliegue todo un movimiento masivo a lo largo de la Isla, con el inicio de los Campeonatos Municipales en los cuales estarán, como es lógico, los atletas consagrados y los nuevos valores de la base, para retomar un sistema básico imprescindible que garantice la tradición cualitativa del béisbol cubano. En Morón, tras una pausa de tres años sin la tradicional competencia, fué necesario hacer un gran esfuerzo para integrar un conjunto competitivo, a partir de un corto torneo municipal efectuado en el Consejo Popular de Patria, en el que, dirigido por el profesor José Ramón Rodríguez, aparecen solo dos nombres conocidos: Vladimir García y Maikel Caballero,un modesto equipo que ya compite y que està muy lejos de los tradicionales Gallos Rojos, que tantas alegrías dieron a la afición.
Surge así una nueva generación, que sustentada por un fuerte andamiaje científico-deportivo, además de contraer un serio compromiso con el deporte ,tiene la responsabilidad de retornar a la cima, de poner al municipio al nivel que históricamente ocupa en el deporte provincial, de acercarse a los Gallos Rojos, el equipo historia que al ganar seis títulos provinciales en una década y participar en cuatro torneos de Clubes Campeones representando a la provincia de Ciego de Ávila, alcanza una medalla de Plata y se ubica como una de las mejores novenas del país entre los municipios no cabeceras provinciales.
Para rendir honor a quienes no deben ser olvidados, ofrecemos la integración completa de los” Gallos Rojos”, la “aplanadora avileña”,en 1993.
.RECEPTORES: Roger Machado, Tomás Cidrón y Ángel Ortega;
JUGADORES DE CUADRO: Fernando Ibañez, Juan García Fabá, Osmany Artiles, Ernesto Baró, Daniel Emilio López, José Ramón Rodríguez, Rogaine Gómez y Yoíris López;
JARDINEROS: Julio Castillo, Pedro Goya, Fermín Rodríguez y Carlos Ferié;
LANZADORES: Julio Mantilla, Evasio Negrín, Reinaldo Batista, Yosvany García, Benito Castillo, Liván Martin, Raimí Bravo, Andres Alonso y Armando Frómeta;
DIRECTOR: Heriberto Perez; ASISTENTES: Rolando Almanza y Reinaldo Mujica; ENTRENADORES: Oliden Companioni y Bernard Septién; CARGABATES:Manuel Guzmán; DELEGADO: Rosendo Bravo.
En el último torneo de Clubes que protagonizan los Rojos de Morón, tras eliminar a Villaclara y todas las provincias del oriente, se produce la discusión de la medalla de oro frente al municipio Pinar del Río, representante occidental, en tope que ganan los verdes dos a uno. Los Gallos alcanzan la Plata frente a un equipo occidental de lujo, con una nómina donde están nombres tan ilustras de la pelota cubana como Pedro Luis y Yobal Dueñas, Yosvany y Daniel Lazo, Giraldo González, Raciel Lezcano, Yosvany y Abel Madera y lanzadores de la categoría del zurdo Osvaldo Jiménez y nada menos que Pedro Luis Lazo.
En los años siguientes, con la llegada del nuevo siglo, los Gallos continúan impetuosos con la entrada de nuevos valores que hacen el grado superior de la pelota provincial y enriquecen la escuadra de los , como Vladimir García Escalante, Osvando Vázquez, los hermanos Bordón, Sandor Rivalta, Yussen Corrales, Yasmani Goya, Jenny Reyes, Raudel Pulido, Rusney Castillo, Adan Muñoz y otros más jóvenes, que mantienen la bandera en alto hasta el desplome de la pelota provincial en Ciego de Ávila por no decir que en el país.
Hoy, con nuevos bríos, con un béisbol reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación, con el marcado propósito de resurgir en una dura y difícil normalidad nacional, la afición y el deber llaman a crecer, a vencer dificultades, a competir en el terreno y a seguir las huellas dejadas en el “Paquito Espinosa” por los imbatibles Gallos Rojos de Morón.