Granma/23 de noviembre de 2022

En el barrio moscovita de Sokol fue inaugurado un monumento al Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, en un acto en el cual confluyeron y compartieron sus ideas los dignatarios Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y Vladimir Putin.

En medio de un invierno cuya sensación térmica era de casi diez grados bajo cero, estas reporteras comentaban que muy grande es la civilización rusa para haber levantado toda su fortaleza y majestuosidad a pesar de un clima tan difícil. Y la otra reflexión tenía que ver con la magia obrada por Fidel, esa que todavía se siente en muchos lugares del mundo, consistente en sembrar robustas semillas de amistad.

El simbolismo ante la imagen de un Comandante en Jefe mirando hacia adelante y ataviado con su traje de combatiente resultó sobrecogedor. Y al hecho se sumaba el detalle de cuatro jóvenes rusos, exquisitamente uniformados, quienes colocaron suave y calladamente dos ofrendas florales, hechas de rosas muy rojas, en la base del monumento.

De pie frente a sus respectivos micrófonos estaban los dos mandatarios. Resultaba inevitable pensar en los hermosos sentimientos que unen a las dos naciones -tan lejanas en la geografía, y sin embargo tan mutuamente encariñadas-. Había que reparar, necesariamente, en cómo están siendo castigadas por una fuerza común que les adversa, y en cómo ambas asumen igual actitud: mantener la cabeza en alto, y permanecer firmes, como una palma sana bajo el sol, o como un pino que resiste el más duro invierno.

«Nos reunimos aquí, en la plaza que lleva el nombre de Fidel Castro –expresó Putin-, para inaugurar un monumento a esa personalidad pública y política destacada, el fundador del Estado cubano moderno».

Emocionó escuchar en la voz del estadista, que «Fidel Castro dedicó toda su vida a la lucha por el triunfo de ideas del bien, la paz, la justicia, por la libertad de pueblos oprimidos, por una vida digna para la gente de a pie, por la igualdad social». Dijo él que «con razón (el Comandante en Jefe) se considera uno de los líderes más brillantes y carismáticos del siglo XX»; lo definió como una personalidad legendaria, como el símbolo de una época entera.

Vladimir Putin dejó traslucir su admiración rotunda por el líder histórico de la Revolución cubana: para él usó palabras bellísimas, como romanticismo, resolución, valentía. Recordó incluso «una canción soviética famosa: “Cuba, mi amor”», para resaltar el cariño que la Isla inspira en el país euroasiático. Y prosiguió con definiciones magníficas, como esa según la cual Fidel poseía potente energía y voluntad que «atraían y siguen atrayendo como un imán».

Seguidamente compartió sus ideas el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien hizo referencia al honor que constituye para él «participar en la inauguración del monumento al líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *