Llamil Ruiz González

Especialistas del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros de Cayo Coco, CIEC, dedican parte de sus estudios a los pastos marinos, hábitats que si bien a primera vista no parecen tan atractivos como los arrecifes de coral, por ejemplo, sí tienen una gran importancia tanto para la naturaleza como para el hombre.

De acuerdo con las declaraciones de Claudia Bustamante López, investigadora del CIEC, las también llamadas praderas sumergidas intervienen en la regulación del clima, son sumideros del carbono atmosférico y constituyen reservorios de la biodiversidad pues muchos organismos los utilizan como zonas de crianza, alimentación y refugio.

No obstante, refiere la especialista que los pastos marinos también prestan un considerable servicio al ser humano pues estudios recientes han demostrado su importancia en la industria cosmetológica y farmacéutica, a partir de la obtención de principios activos y otras materias primas necesarias para el desarrollo de estos sectores.

Es por ello que estudiar estos ecosistemas y, sobre todo, proteger su integridad ante los efectos del cambio climático y la contaminación causada por el hombre, deviene pieza angular en la conservación de nuestros ambientes marinos lo que redundaría en la salvaguarda de la propia vida humana.

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