Por Ailén Castilla Padrón
Algún día los padres contarán a sus hijos la historia de cómo llegaron al mundo y no existirán relatos menores. Quizás, no fueron más deseados que el resto de los pequeños a quienes su familia comenzó a querer desde que eran apenas un embrión en el vientre; pero, en sus casos, el camino recorrido antes del alumbramiento feliz sí habrá superado el de muchos por difícil y angustioso.
No podrían hablar obviando la perseverancia y la dedicación, primero de quienes hicieron de la ciencia y la experimentación acicate para lograr un embarazo, por más que faltara un reactivo o escasearan los insumos y, luego, de su batalla personal para no desistir cuando la primera inseminación artificial falló o cuando sobrevino un aborto, a pesar de haber cumplido al extremo cualquier consejo o recomendación.
Esas certezas son las que animan y reconfortan, las mismas por las que un día cualquiera pueden atenderse en el Centro Provincial de Reproducción Asistida hasta 20 parejas, que llegan remitidas desde las áreas de Salud o por su propia voluntad, impulsadas por el “rumor” de que allí se logran “milagros”.
Cada quien podría contar una experiencia diferente: Yadelbis Aliste Nápoles, que desde 2015 ha vuelto una y otra vez, hasta sumar seis intentos fallidos sin perder la esperanza; los nervios de Marta, que se someterá por primera vez a la dolorosa histerosalpingografía para comprobar el estado de sus trompas; y Anais, que intenta controlar, antes de todo lo demás, un desorden hormonal.
La doctora Marvely Isaac Rodríguez, coordinadora provincial del Programa de Reproducción Asistida, y el equipo multidisciplinario que la acompaña prefieren concentrarse en los sí, en los indicadores cumplidos, en las patologías resueltas, en practicar con oportunidad los análisis complementarios, y de ahí tomar decisiones médicas, y en las familias que hoy saborean su sueño: un bebé sano entre los brazos.
Una de sus reflexiones de cabecera es que “ningún caso se parece a otro” y este buen ojo clínico para ir de lo general a lo particular, además de la organización y la cohesión alcanzada por el programa desde la base en el último año, han hecho posible, quizás cuando parecía menos probable, una mejora ostensible de los indicadores de calidad, los cuales se llevan allí a punta de lápiz.
Hablamos, por ejemplo, de 301 embarazos logrados a partir del uso de las técnicas de la reproducción asistida y de una eficacia del 52 por ciento, la cual nos da una relación positiva y en ascenso entre los casos nuevos que entraron al sistema y los embarazos. A la larga, fueron 132 los alumbramientos inventariados por esta vía en dicho lapso, pues son varias las causas que determinan un feliz término o no; sin embargo, se superaron los 108 registrados en 2021.
Actualmente, solo Baraguá falta por completar el equipo dedicado a estas funciones, pero la realidad demuestra que, muchas veces, las parejas saltan la Atención Primaria de Salud y llegan más fácil y rápido hasta el Centro Provincial de Reproducción Asistida que a la consulta de su municipio.
En la experiencia de Dalver Hernández Calzadilla, especialista en Ginecobstetricia, las causas más comunes de la infertilidad son las patologías tubáricas, prostáticas o de los testículos, los trastornos hormonales, la varicocele y las infecciones. Entonces, descartar posibilidades es la base del algoritmo de trabajo.
Para ello hay una larga lista de estudios a realizar: espermograma, test post-coital, ultrasonidos seriados a partir del tercer día de la menstruación, exudados vaginales, la histerosalpingografía y la evaluación del moco cervical desde el día 10 del ciclo menstrual para comprobar cómo se prepara el útero para la ovulación.
A esto se suma el apoyo psicológico a las parejas, pues el estrés, la depresión y la ansiedad también son factores que predisponen y abundan entre quienes quieren y no pueden ser padres. En dependencia de los resultados, se decide si es necesaria o no la interconsulta con otros especialistas como urólogos, endocrinólogos o genetistas.
Para las pruebas hormonales, hasta hace muy poco las parejas debían trasladarse a Camagüey o Sancti Spíritus, pero se prevé que, próximamente, puedan llevarse a cabo en el laboratorio del Hospital Provincial General Docente Roberto Rodríguez, otro impulso necesario para un mejor funcionamiento del Programa de Reproducción Asistida.
reproduccion asistida 3Después de que el semen pasa por varios procesos de laboratorio se introduce en el útero con un catéter, con lo cual se acorta el camino a recorrer
La práctica de muchos de estos métodos de análisis clínico recae en Gelsy Díaz Álvarez, especialista en Histología, quien en un santiamén deconstruye al menos dos estereotipos de los más arraigados.
“Los niños logrados a través de técnicas de reproducción asistida son sanos, nada indica una predisposición a padecer algún tipo de enfermedad o malformación congénita. Lo otro es lo común de los embarazos gemelares y trillizos debido a la preparación con reactivos que recibe el semen en aras de garantizar óptimas condiciones, aunque tampoco esto es una regla fija”.