Redacción Informativa

Se escuchan varias explosiones en la noche compartida por casi un millón de personas congregadas frente al antiguo Palacio Presidencial en La Habana. Ante la multitud indignada, el líder máximo de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, anuncia la organización del pueblo. Es el 28 de septiembre de 1960.

“Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva, anunció Fidel a los enardecidos capitalinos. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.

Esa misma noche, al término del discurso, nacían los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), organización popular por zonas de vivienda que seis meses después desarticularía a quienes pretendían crear una quinta columna para apoyar la invasión mercenaria en Playa Girón.

Se constituyeron como célula del barrio, de afiliación voluntaria, que canaliza las necesidades del pueblo y la defensa de la obra que iniciaba la Revolución, integrada por mujeres, hombres, ancianos, estudiantes, trabajadores, campesinos, profesionales, intelectuales, jubilados o amas de casas.

A las tareas iniciales de la vigilancia revolucionaria, se fueron sumando otras de interés popular como la educación, el trabajo voluntario, actividades patrióticas, de salud (vacunaciones, donaciones de sangre, etc.); la recogida de materia prima, la protección del medio ambiente y muchas más.

Han pasado ya seis décadas y no podría escribirse la historia de la Revolución Cubana sin hacer referencia obligada a la labor de los CDR. Con su activo papel frente a los planes de los que quieren hacer volver atrás las conquistas revolucionarias, la institución se convirtió en la más pujante organización de masas de Cuba.

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