Mientras Cuba presentaba ante las Naciones Unidas su informe sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno estadounidense hace más de seis décadas, Osveldo Gómez Reina, profesor del Centro Universitario Municipal de Chambas y productor agrícola, permanecía atento y apoyando a su país desde las faldas del Macizo de Bamburanao.
Reconocido por implementar prácticas agroecológicas que favorecen la conservación de ecosistemas montañosos y permiten desarrollar cultivos varios (granos, viandas y frutales), este avileño denuncia los impactos negativos de la política hostil de los vecinos del norte en un sector priorizado como la agricultura.
Sus reclamos encuentran espacio en el escenario internacional, cuando la Mayor de las Antillas exige el cese de ese cerco económico, teniendo en cuenta que obstaculiza el acceso a financiamiento, divisas, insumos, materias primas, fertilizantes, maquinarias, combustibles productos químicos y tecnologías, lo que conlleva a un notable descenso en la producción de alimentos, según consta en el documento que obtuvo este miércoles un respaldo mayoritario entre los 193 estados miembros de la Organización de Naciones Unidas.
En este contexto, el progresivo empleo de la ciencia e innovación y el empeño de los campesinos marcan el camino de la resistencia y expresan el compromiso con una agricultura sostenible y resiliente al cambio climático, en consonancia con los objetivos globales de desarrollo.
Gómez Reina, merecedor del premio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en el año 2021, constituye referente en la implementación de prácticas agroecológicas, extendidas a otros productores locales desde la Finca Escuela con Enfoque de Paisaje Rincón Los Hondones, también convertida en unidad docente de la Universidad Máximo Gómez Báez de Ciego de Ávila.
Intereses económicos y conservacionistas se combinan en actividades productivas que garantizan el autoabastecimiento familiar y tributan al consumo de comunidades cercanas e instituciones de salud y educativas de la localidad chambera, de modo que se participa en la vida social, resaltó.
Fortalecen los sistemas alimentarios, mediante el aprovechamiento de los recursos naturales para disminuir la contaminación del medio ambiente y enfrentar la escasez de productos químicos.
(Autor: Román Romero López)