La buena marcha de las reparaciones industriales y el alistamiento de los medios de transporte que garantizarán la zafra 2024-2025 en Ciego de Ávila no tendrían sentido si no van acompañados de la puesta en marcha de la Bioeléctrica aledaña al central Ciro Redondo, la única fábrica de azúcar del territorio que probablemente intervenga en la venidera contienda.

Y es que la modernización del Coloso del Centro no ha tenido el impacto económico esperado porque, en el transcurso del último lustro, la Bioeléctrica dejó de producir la energía limpia que demandaba y de la cual depende para su normal funcionamiento.

De ahí que la noticia que se difunde desde el pasado lunes a través de las redes sociales en Internet alegre a la familia cañero-azucarera de Ciego de Ávila y de todo el país. En esa fecha, la Bioeléctrica sincronizó con el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) y comenzó a aportar energía.

Solo con una de las dos calderas en funcionamiento, el martes último, entregaba 27 megawatts al sistema y se anunciaba por los especialistas que continuaban las pruebas y ajustes previos a la arrancada de la molienda.

Con la asesoría del fabricante chino y la participación de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE), parece que se pone el punto final a un prolongado período de espera, sobre todo por causa de los percances con el rotor.

Baste decir que en el último sexenio se invirtieron más de 330 millones de dólares en el proceso inversionista que benefició al central pinense y la Bioeléctrica, según datos ofrecidos en Granma por el colega Ortelio González Martínez, a principios del año en curso.

Sin embargo, la fábrica de azúcar archiva seis contiendas consecutivas en las cuales no cumplió sus planes de producción de azúcar, y la segunda, suma millones de kilowatts dejados de aportar desde su nacimiento.

Los días que preceden al pitazo definitivo del Ciro Redondo demandarán jornadas de extraordinario esfuerzo, teniendo en cuenta que la biomasa almacenada resulta insuficiente y que solo cuatro de las 11 máquinas cortadoras estaban en condiciones de completar las 64 100 toneladas de marabú, la principal materia prima para la generación de energía eléctrica, aun cuando la mezcla con el bagazo redunde en beneficios.

(Autor: Filiberto Pérez Carvajal)

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