Las cooperativas, basadas en la cooperación mutua y colectiva, han demostrado ser una alternativa en la economía local, permitiendo a los miembros de una comunidad trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes en diferentes espacios económicos y sociales, al promover la autogestión y el compromiso social, lo que beneficia tanto a los miembros, como a la comunidad en general.
Es alta la importancia que tiene el sector cooperativo, en función de la calidad de vida de la población y la construcción de proyectos económicos y sociales, sustentados en principios y valores que ponen al ser humano y a la naturaleza en el centro de los procesos.
De ahí que Cuba centra sus esfuerzos en finalizar el proceso de actualización del modelo económico y social y la implementación de su Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, y «lo hacemos combinando la relación entre la necesaria planificación, la descentralización y la autonomía indispensable para el desarrollo territorial, con la participación, además, de todos los actores económicos».
Por el mejoramiento de la calidad de vida de la población a través de la producción de más alimentos, abogan los directivos de las cooperativas, con el auspicio de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, que desde ya se prepara para su próximo congreso en 2025.
(Redacción Informativa)