Leonel Iparraguirre González
Una improvisada visita a la comunidad El Embarcadero, de Morón, nos permitió apreciar hermosos gestos de una docente y de pequeños niños, imbuidos en el movimiento que ha generado la decisión de otorgar a este municipio la Sede del 26 de Julio.
La llegada a la escuela rural Doctor Mario Muñoz de ese lugar, fue impresionante al ver a un pequeño niño y su maestra adornando el Centro con banderitas cubanas y textos relacionados con el júbilo de ese colectivo por la fecha del Moncada.
Ella es la educadora Celia Pérez Quiala, Máster en Ciencias de la Educación, jubilada reincorporada, una verdadera joya del magisterio que transmite conocimientos, amor y valores a sus alumnos.
Después de contemplar tan interesantes lecciones, esta educadora, explica que es una escuela que acoge una matrícula de 20 niños,
donde se aplica la inclusión, ya que hay escolares que presentan discapacidades intelectuales y otros características de Autismo.
Es una pequeña Institución, que cuenta con tres maestros, una asistente y cinco especialistas, asistida además, por psicopedagogos y personal de la Escuela Especial Raúl Gómez, de la ciudad de Morón.
Aunque distante del Centro de la ciudad, el sistema educativo de este territorio, tiene alcance a todos los centros enclavados en las zonas rurales, sin distinción.