Si el entusiasmo y el optimismo bastaran para garantizar el éxito de un emprendimiento, rápido pudiéramos dar por sentado que la primera mediana empresa estatal de Ciego de Ávila, creada a inicios de enero, marchará viento en popa en su objetivo de favorecer el desarrollo agrícola del territorio.

Pero bien sabe Ariel González Moleiro, administrador de SEBIOCA S.U.R.L. (Semillas Biotecnológicas Ciego de Ávila. Sociedad Unipersonal de Responsabilidad Limitada), que los retos son muchos y el camino, no exento de obstáculos, apenas comienza.

El objetivo global está centrado en la obtención de semillas agámicas, botánicas y biotecnológicas de alta calidad, y otros servicios de impacto, que contribuyan al despegue de la agricultura y propicien mejores resultados en la producción de alimentos. Un empeño acorde con el llamado de la dirección del país de aplicar ciencia e innovación en el cultivo de la tierra y concretar acciones para dinamizar la economía.

Pensar diferente pudiera ser la premisa que llevó a convertir la Biofábrica, fundada en 1991, aledaña a la Universidad de Ciego de Ávila Máximo Gómez Báez, en la mediana empresa estatal SEBIOCA, con una nueva forma de gestión económica.

Esa entidad fue sometida, desde 2022, a una reparación capital, la primera en más de 30 años de creada, con el propósito de retomar el proceso de producción de vitroplantas, hasta llegar a unas 400 000 anualmente, apenas el 50 por ciento de la demanda de la agricultura avileña para el mismo período y lejos del diseño original de cuatro millones de plántulas.

(Por Magaly Zamora Morejón)

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