Granma

Un discurso de denuncias, compromisos, y propuestas de soluciones, pronunció el Primer Secretario del Comité Central de Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en calidad de Presidente Pro témpore del Grupo de los 77 y China.

Sus palabras, timbradas por la denuncia y el análisis de la realidad planetaria tuvieron lugar durante la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible que comenzó ayer como parte de las reuniones de alto nivel que se desarrollan en el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

«Lo que se necesita, de manera imperiosa, es la voluntad política para que realmente ‘nadie quede atrás’ y vencer una de las crisis más complejas que haya experimentado la humanidad en la historia moderna. Ese sería nuestro mejor aporte al futuro común que necesitamos construir juntos«, reflexionó el Jefe de Estado durante el importante foro.

«Extremadamente crítica» es la coyuntura en que se realiza el «examen de mitad de período de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», consideró el mandatario, quien además insistió en los múltiples desafíos que enfrentan en la actualidad los países en vías de desarrollo, dramas que se expresan en la sombría realidad que tienen por delante las naciones más desfavorecidas.

Y aunque hay quienes quizás pretendan culpar a la pandemia de la COVID-19 de esos hechos, mucho antes, enfatizó Díaz-Canel, «el mundo ya se había desviado del camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible».

A este ritmo, valoró, «no podrá lograrse ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y se incumplirán más de la mitad de las metas acordadas».

«Conscientes de la actual situación, el Grupo de los 77 más China le ha otorgado la máxima prioridad a este evento, con el propósito de colocar nuevamente el desarrollo sostenible en el centro de la agenda internacional y brindar el impulso político necesario para acelerar la aplicación de la Agenda 2030», aseguró.

De acuerdo con las palabras del dignatario, el Grupo trabaja «en aras de incrementar y acelerar la puesta en práctica de acciones y medidas concretas, innovadoras, transformadoras y ambiciosas, que garanticen el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible».

Siguiendo tal propósito, el llamamiento que ha encabezado el Grupo, aseveró, es a favor de «una reforma urgente de la arquitectura financiera internacional», que ha sido ampliamente apoyada por el Secretario General, quien exhortó a esta Cumbre a corregir las injusticias históricas que constituyen la base del sistema financiero internacional, a fin de poder brindarles a los países y personas más vulnerables mejores oportunidades en un futuro mejor.

Tenemos que continuar defendiendo, dijo, el papel de la Asamblea General en la discusión de estos temas, si queremos garantizar que la voz de cada nación sea escuchada y tenida en cuenta como corresponde en el debate de cuestiones tan importantes, relativas a la gobernanza global.

Teniendo en cuenta esos presupuestos, el Presidente Pro témpore del Grupo de los 77 y China, enfatizó en la necesidad de una mejor arquitectura global de la deuda soberana con la participación del Sur, que haga posible la aplicación de un trato justo, balanceado y orientado al desarrollo; así como la pronta y considerable recapitalización de los Bancos Multilaterales de Desarrollo con el propósito de que mejoren radicalmente sus condiciones de préstamo y puedan satisfacer las necesidades financieras del Sur.

Exhortamos a los países desarrollados, subrayó, a «honrar finalmente los compromisos aún no cumplidos con la Ayuda Oficial al Desarrollo».

En sus reflexiones, el Presidente Díaz-Canel llamó, además, a que sea aplicada en su totalidad la agenda de cambio climático; a respaldar los esfuerzos de los países en desarrollo por aplicar la Agenda 2030 con acciones concretas en materia de transferencia de tecnologías y formación de recursos humanos, a la cooperación Norte-Sur; así como a la imprescindible reforma que demanda el sistema de comercio internacional.

«El unilateralismo y el proteccionismo, incluidas la protección y las restricciones unilaterales al comercio, incompatibles con los Acuerdos de la Organización Mundial del Comercio, deben ser eliminados con toda prontitud», sentenció.

Tal es el caso, dijo, de los países que «sufren la imposición de medidas coercitivas unilaterales, las cuales constituyen una grave violación de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Esas medidas obstaculizan seriamente los esfuerzos de los países afectados en pos de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el desarrollo sostenible en general. La comunidad internacional, incluido el sistema de las Naciones Unidas, debe continuar rechazando firmemente la imposición de esas medidas y trabajar por su eliminación incondicional».

Los reclamos antes mencionados, enfatizó Díaz-Canel casi al final de sus reflexiones, «han sido enunciados en varias ocasiones por los líderes del Sur. La ausencia de avances no debe atribuirse a la ausencia de soluciones. Ahí están las acciones».

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