Alfredo López Arencibia. Máximo dirigente del movimiento obrero cubano de la década del 20 del Siglo XX. Asesinado por las fuerzas represivas del dictador Gerardo Machado el 20 de julio de 1926.

Participó en el Congreso Obrero de 1920 de donde surgió la Federación Obrera de La Habana (FOH) de la cual fue su tesorero y artífice. Julio Antonio Mella lo llamó “Guerrero, Maestro, Hermano y Compañero”.

Desde muy temprana edad comienza a trabajar en un taller tipográfico. Más tarde se traslada a vivir a la ciudad de La Habana, donde consiguió trabajo en la imprenta La Mercantil. Es allí donde conoció las luchas sindicales de los obreros por mejorar sus condiciones de trabajo y se acercó a las ideas de su padre a través de su maestro y orientador revolucionario Penichet.

A los 19 años era uno de los fundadores y dirigentes de la Asociación de Tipógrafos. A él se deben en gran parte los resonantes mítines del Primero de Mayo de 1918 y 1919 de la capital.

Sobresale en la formación de la Federación Obrera de La Habana(FOH) y luego más tarde en la Confederación Nacional Obrera de Cuba (CNOC).

Alfredo López se mantuvo firme e incorruptible, y estos valores morales lo convirtieron en un obstáculo para el gobierno del Machado.

Mella describió a Alfredo López con esas palabras:

“No era un intelectual ni un erudito, sino un linotipista cuyo buen salario le habría permitido vivir con su familia holgadamente desde las filas de la llamada aristocracia obrera , y sin embargo, se había entregado por entero a la causa de la organización y la lucha del proletariado, convertido en una personalidad que envuelta en su traje oscuro y su corbata blanca, andaba con los bolsillos, como verdaderos archivos ambulantes, siempre repletos de folletos, revistas…”

(Redacción Informativa)

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