Invasor

Aunque las viejas pérdidas siguen ahí, en una cuenta que no dejará de pasarles factura, la contabilidad del 2023 comenzó “blanqueada”, como si el nuevo año fuera un nuevo comienzo para el entramado empresarial. Otra oportunidad que la mayoría ha podido —o sabido— aprovechar, mientras otras han vuelto a caer en ¿la espiral? del deterioro.

Ciertamente, a veces parece un círculo o, al menos, un péndulo que repite movimientos hacia arriba para luego, “por ley”, volver hacia abajo. Vaivenes. Sin embargo, que de las 21 entidades con indicadores negativos, al cierre de 2022, apenas un tercio —o menos, porque de las siete incididas de 2023 solo reinciden cinco— no haya podido detener la secuencia que traía desde el año pasado, simula más una parábola (creciente).

Los números dibujan esa mejoría. “En algún momento del 2022 llegamos a tener 33 empresas con pérdidas y ahora el saldo negativo ha venido reduciéndose de manera marcada, incluso, de un mes a otro. Cerramos el año (diciembre) con 21 y empezamos enero con 14, febrero con 11 y ya para marzo serían 7”, enumera Susivey Márquez Toledo, coordinadora de Objetivos y Programas para la Economía del Gobierno provincial.

Si fuéramos a comparar los datos con períodos similares, la tendencia sería también positiva: al cierre del primer trimestre de 2022 fueron 20 las empresas que registraron pérdidas; ahora son 7. Como sea, los números son halagüeños, amén de que las evaluaciones no siempre sean tan precisas o comparables.

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