Por Héctor Izquierdo Acuña
Corrían las primeras horas de aquel frío y lluvioso sábado 12 de noviembre de 1898, cuando las tropas del Ejército Libertador, al mando del coronel Juan Pedro de la Rosa Quijano y Benito, entraban a Morón luego de permanecer acampados durante varios días en la finca Mangos de Subirats y en Sitio Orozco en espera de la retirada de los militares españoles.
Allí, una comisión integrada por América Peñaranda Machado, Rita Borroto Companioni y Laura Dulzaides del Cairo, junto a otras patriotas moronenses, les facilitó ropas, alimentos y medicinas, porque muchos soldados eran víctimas del paludismo, el tifus y la disentería. En esta labor, el doctor Pedro Sánchez de las Cuevas prestó gratuitamente sus servicios médicos.
El arribo de las tropas a la población se desarrolló en el mayor orden, y el entusiasmo de todo el pueblo moronense era indescriptible. La vanguardia cubana, que hacía su entrada por el antiguo cementerio, en las confluencias de las calles Libertad y Luz Caballero, pudieron ver los últimos soldados españoles que cruzaban por la calle Martí, rumbo a la estación de ferrocarril, ubicada entonces en esa arteria, esquina a Serafín Sánchez.
Recuerda en su diario el coronel Quijano, que eran las dos de la tarde cuando la sección a bajo su mando entró en la entonces villa de Morón por la calle Príncipe Alfonso, (hoy Libertad), mientras que por la calle Real -hoy Martí-, venía otra a las órdenes del comandante Braulio Sánchez Valdivia. Venían como pareja de descubierta los Sargentos Manuel Ruíz Esperón y Belarmino Díaz Delgado, y la mayoría de los 108 libertadores que les acompañaban procedían del Regimiento Expedicionario
Otro grupo se mantuvo acantonado en Manguito, cerca del actual poblado de Ciro Redondo, a las órdenes del coronel Irene de Jesús Cervantes Salcedo, del teniente coronel Amado Cervantes Madrigal y otros oficiales del Ejército Libertador.
Asimismo, y al igual que el 19 de mayo de 1895 cuando se levantó en armas el coronel Nicolás Hernández Moreno, el Tocayo, la primera bandera cubana que ondeó en Morón, enarbolada por las tropas mambisas al mando del coronel Quijano aquel 12 de noviembre de 1898, también fue obra de las delicadas manos de la patriota moronense América Peñaranda.
Al entrar la caballería por la calle Príncipe Alfonso, los hermanos Pastor y Miguel Pastor Salgado, comerciantes españoles propietarios de la tienda La Flor Cubana, y habían colaborado en el Club Revolucionario Máximo Gómez a favor de la causa cubana, tomaron una tabla de cedro de más de cinco metros de longitud, escribieron la palabra Libertad, y la colocaron horizontalmente en la pared de la tienda. Por tal acontecimiento, el 29 de septiembre de 1900, y para perpetuar la iniciativa de los hermanos Pastor Salgado, esta calle recibió el nombre de Libertad.
Cuando se conmemora el aniversario 123 de la entrada de las tropas mambisas a Morón aquel 12 de noviembre de 1898, una tarja rememora el fin de la dominación colonial en Morón, para homenajear a aquellos hombres que a lo largo de la historia ofrendaron hasta su vida en aras de la libertad de Cuba.