Por Arquímedes Romo Pérez

En las memorias que periódicamente estamos mostrando como parte de lo vivido durante la historia de la radio local, hicimos referencia al grupo de los “ intrépidos”, doce trabajadores que a partir de 1963 y por más de una década, desarrollan un encomiable trabajo integral bajo la conducción del joven director Santiago Arias Martínez. Doce jóvenes soñadores, enamorados de la radio de formación empírica en su totalidad .

Sobre estas bases es que “los intrépidos”, ante el imperativo del llamado del momento, se dan a la tarea, y lo consiguen, de hacer radio de calidad sobre las dificultades técnicas, la falta de recursos y de conocimientos profesionales.

Hasta entonces en la CMJX se desconocen los guiones, nunca se ha visto un libreto, todo se radia en vivo porque no existen las grabadoras ni las rudimentarias técnicas radiales de la época, sin embargo, estos verdaderos artistas en potencia, deciden todos, hacerlo todo, para que naciera una parrilla de programas sólida, seria y con todos los condimentos exigidos al calor de la disposición, la voluntad y el deseo de llevar la radio a la calle, al campo, a la zafra; de vincular el arte radial al trabajo del pueblo.

Todos se responsabilizan con sus programas y cada día tratan de mejorarlos y hacerlos mejores. La principal inspiración llegó con la entrada de una grabadora portátil que, durante el día se utiliza como reproductora en el máster y en las noches, después de las doce, se destina a la grabación de los programas del día siguiente, operada por el propio director de la emisora.

Este grupo con la adición de otros arriesgados aporta nada menos que quince mil horas de trabajo voluntario entre los años 1968 y 70 al donar, todos sus integrantes, el descanso semanal y las vacaciones anuales, y llevar a la querida X desde una pequeña emisora de campo hasta un primer plano nacional entre las de su categoría, ser sede del Acto Nacional de Emulación del SINTAE en 1968, alzarse con la condición de Vanguardia Nacional, la distinción de Centro Moncadista y acto seguido la categoría de Tradición Heroica que aún mantiene.

Los intrépidos son todos directores de programas, locutores, realizadores de sonido, periodistas, macheteros, obreros agrícolas, participantes de las movilizaciones diarias y en numerosas las ocasiones que las trasmisiones se originan desde el mismo corte cañero; dan una demostración de disciplina laboral envidiable, vistien de largo a la emisora y la catapultan a la cima de las de su tipo en la radio nacional.

Como la historia nos permite recordar grandes momentos, queremos rendir homenaje a los “doce intrépidos” y otros compañeros que en distintas épocas brindaron también su valioso concurso.

Rindamos homenaje póstumo a los compañeros: José Luis Taboada, Eutimio Companioni, Francisco Consuegra, Gualberto García (González Comet), Ángel Argelio Cepeda, Jorge Nilo Marín y Nell Sánchez, y saludemos, con el mayor respeto, a Santiago Arias Martínez, Gregorio Sotolongo, Leonel Iparraguirre, Aracelio Rodríguez y este redactor. También aplausos para Julio Mario Morales, José Luis Boladeres, Lilia Abreu, María Estela Terán, Martha González, Modesto Rojas y Rafael Morales, quienes son protagonistas en algún momento de esta década de radio intensa.

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