Por Héctor Izquierdo Acuña
En Morón el cuerpo de bomberos tiene su origen en 1868, cuando apenas iniciada la Guerra de los Diez Años se organizó una Compañía de Bomberos del Comercio, conformada por 123 hombres que durante la contienda se dedicaron a combatir a las fuerzas mambisas. El aparato extintor que empleaban los bomberos era una bomba de palanca movida por cuatro hombres, que había que llenar con baldes o cubos. Era su cuartel, una casa al frente de la iglesia católica.
Después de 1878 el Cuerpo de Bomberos fue desintegrándose paulatinamente a tal punto que en 1886 casi había desaparecido.
Más tarde comenzaron a edificar una casa para este Cuerpo en el lugar que hoy ocupa la ESBU Alfredo Álvarez Mola, pero el intento quedó en las paredes por las nefastas condiciones económicas del municipio a consecuencia del inicio de la guerra del 95. Muchos años después, en la noche del 17 de abril de 1918 se celebró una junta en la cual estaban presentes importantes figuras de la vida local, entre ellas Pastor Pastor, Alcalde municipal, quedó constituida la institución humanitaria asignándose jefe del cuerpo a Alejandro Montero, quien, como dato curioso, había sido superviviente del incendio y explosión de la Ferretería Isasi, una gran tragedia ocurrida en La Habana el 17 de mayo de 1890 donde perecieron cuarenta y cinco bomberos.
La etapa de la República se caracterizó por la poca atención del gobierno al Cuerpo de Bomberos de Cuba, sobre todo en lo que a actualización de la técnica y en la atención al hombre se refiere, incluyendo su preparación participaron en todos los siniestros ocurridos durante este período.
El Cuerpo de Bomberos aprobó su reglamento el 30 de noviembre de 1921 y estaría compuesto por doscientas trece plazas. Según éste, era una institución organizada sobre la base militar pero su actuación era civil y tenía como exclusiva finalidad el servicio voluntario de extinción de incendios y la prestación de auxilios en eventos como terremotos, inundaciones y cualquier otra calamidad requiriera de su presencia.
Desde el 18 de mayo de 1922 el Cuerpo de Bomberos tiene su sede en la calle Narciso López no. 62, en una edificación de suficiente capacidad entonces para cubrir las necesidades de la ciudad en desarrollo.
Allí se localizaban los departamentos de maquinaria, depósito de útiles, dormitorios, instrucción teórica y conferencias, una local para el personal de guardia, servicios sanitarios y la propia oficina de la institución. Facilitaba las comunicaciones con un teléfono, que con el número 5, permitía la rápida actuación de esa fuerza ante cualquier siniestro.
Como ha sido a lo largo de la historia, en el Cuerpo de Bomberos no se dormía. Dos bomberos permanecían de guardia día y noche, con relevos cada seis horas, y conocedores de las medidas a tomar ante cada contingencia.
En los años ´20 estaba compuesto de un jefe inspector, cargo ocupado por el alcalde municipal; un primer jefe del departamento del servicio de incendio que lo representaba José Guzmán Jiménez; el primer y segundo maquinista y un auxiliar, todos empleados del municipio.
La Plana Mayor de la fuerza activa estaba conformada por:
Un teniente coronel Segundo jefe del Departamento del Cuerpo
Un comandante Tercer jefe ingeniero, asesor técnico
Un comandante Jefe del servicio médico
Un capitán Segundo jefe del servicio médico
Un capitán Farmacéutico del Cuerpo
Dos capitanes Ayudantes facultativos, técnicos de obras.
Un capitán Inspector de incendio
Un capitán Jefe de Brigada
Un primer teniente Servicio dental
Un subteniente Abanderado
Dos tenientes Ayudante de órdenes
Un sargento Auxiliar de Instructor
Poseía, además, una Brigada de Salvamento y Obreros, dividida a su vez en dos secciones compuestas en cada caso por un sargento, un cabo auxiliar y doce números todos dirigidos por un jefe de brigada con el grado de subteniente.
Contaba también con una Brigada de Mangueras, igualmente dividida en dos secciones: la Izquierda y la Derecha, a las órdenes de un primer teniente que tenía bajo su mando un sargento, un cabo auxiliar y doce números en cada sección.
A fines de la década del ´20 tenía el carro de riego de las calles habilitado de cien pies de mangueras y un pitón, que permanecía en horas de la noche con el tanque lleno con mil galones de agua y era empleado como carro extintor. En estos tiempos el Cuerpo estaba dividido en cinco brigadas: de Pitón izquierdo y derecho, de Extinguidor, de Sanidad, de Seguridad y de Cornetas.
Poseía también una bomba de incendios del sistema Dodge Brothers, una escalera que alcanzaba la altura de unos veinticinco pies, dos pitones, dos extintores de mano además de una ambulancia para su servicio con un botiquín habilitado para cualquier emergencia, a cargo de la sección de sanidad.
A partir del primero de enero de 1928, a los efectos de incendios, el Dr. Leopoldo Pérez, alcalde municipal y José Guzmán, jefe del servicio de incendios de la ciudad, decretó dividir a Morón en seis distritos, cuyas respectivas áreas fueron las siguientes:
Primer Distrito: El cuadro comprendido entre las calles de Martí con su prolongación de Gonzalo Marín, hasta Libertad, y por esta a la de Luz Caballero.
Segundo Distrito: El cuadro opuesto, o sea, las calles comprendidas entre las de Martí con su prolongación de Gonzalo Marín hasta la de Libertad con prolongación a Ramón Leocadio Bonachea.
Tercer Distrito: El cuadro comprendido entre las calles Martí y Libertad en dirección a la esquina de la Avenida de Tarafa y de ésta hacia el Rastro Municipal (Matadero) y la calle Manuel Lechuga.
Cuarto Distrito: El cuadro opuesto, es decir, entre las calles Martí y Libertad en dirección a la estación de ferrocarriles, hacia los repartos de Britania y Tenería.
Quinto Cuerpo: Estuvo comprendido entre la esquina de la Avenida de Tarafa en dirección al antiguo hospital civil, en ese momento en construcción, hacia los repartos que se encontraban a la izquierda por el camino a Patria.
Sexto Distrito: Lo integraba el lado opuesto al anterior distrito, es decir, Avenida de Tarafa en Dirección al Cuartel de la Guardia Rural con los repartos que se ubicaban a la derecha.
Otro aspecto que resulta de interés son las formas en que se realizaban las comunicaciones, por medio de un silbato o en su defecto por una sirena, que combinando sonidos, indicaba el área donde se había producido el desastre de la siguiente forma:
– Un pitazo largo y uno corto 1er distrito.
– Un pitazo largo y dos cortos 2do distrito.
– Un pitazo largo y tres cortos 3er distrito.
– Un pitazo largo y cuatro cortos 4to distrito.
– Un pitazo largo y cinco cortos 5to distrito.
– Un pitazo largo y seis cortos 6to distrito.
A lo largo de su historia republicana sufrió innumerables dificultades. Para resolverlas se debía recabar ayuda de la población y los comerciantes o efectuar actos benéficos como el realizado en el teatro Apolo en diciembre de 1927 con el fin de recaudar fondos para adquirir mil pies de mangueras para la bomba. En esa ocasión actuaron para el numeroso público asistente a la función niñas de las escuelas públicas y para cerrar la jornada, la proyección del filme La hija del fuego.
Sin embargo, esa problemática, fruto de la desatención de los gobernantes locales, continuó a tal punto que en 1953, cuando ocurrió el gran incendio de la licorería La Trocha, en la esquina de Callejas y Zayas y dada la magnitud del siniestro, debió venir la bomba de Ciego de Ávila con todo su personal en auxilio de Morón.
En ese propio año otro incendio, esta vez en la fábrica de fideos de Morón por poco se convierte en un desastre pues de no ser por los cientos de galones de agua del carro de riego municipal las casas de todo ese sector hubiesen volado, pues no se sabía de dónde se iba a extraer agua para sofocarlo debido a que ninguno de los pozos cercanos al lugar resistía el poder de extracción de las bombas de incendios.
El articulista radial que comentaba el hecho llamaba la atención de la alcaldía para que sin demora adquiriera varios miles de pies de mangueras necesarios además de ahondar los pozos en distintos puntos de la localidad para aumentar su caudal, pues en esos momentos sin esos recursos no servía de nada, y culmina diciendo “Dios nos proteja”.
Pero existían otros problemas no menos preocupantes. Resulta que la bomba de incendio se dañaba constantemente a consecuencia de llevarla como carro floral en los entierros, y solo gracias al sacrificio del primer maquinista Antonio Cordero Formozo, podía ponerse en servicio. “Nadie debe pedir más ese carro para llevar coronas al cementerio, ya que su menester es otro, mucho más elevado y útil, el proteger la vida y los intereses de los moronenses. La Alcaldía debe escuchar nuestro ruego”, expresaba el preocupado periodista local.
Muchos fueron los héroes anónimos que brindaron su desinteresado aporte a esta importante institución, entre ellos puede destacarse la figura del coronel de bomberos Gabriel Rodríguez Pina, su jefe en Morón, quien fuera condecorado en 1947 por el Cuerpo Nacional de Bomberos de la República de Cuba con la Medalla de la Abnegación de Oro de primera categoría en atención a los servicios prestados en ese Cuerpo.
El Cuerpo de Bomberos ha tenido varios cuarteles: en 1918 en la calle Callejas entre Martí y Narciso López, Agramonte entre Martí y Castillo en los años 1919 y desde 1922 en el edificio donde hoy se encuentra, en Narciso López entre Agramonte y Máximo Gómez, que construido a tales fines albergaba, además, la jefatura de policía y la Casa de Socorros de Morón.
A partir del Triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, se comenzaron a dictar una serie de medidas encaminadas a preservar los bienes de la sociedad y la lucha contra los incendios ocupó un importante lugar, es por ello que los esfuerzos fundamentales en este sentido fueron dirigidos a trabajar en la prevención, la extinción de los siniestros y la preparación y modernización del Cuerpo de Bomberos.