Invasor/19 de mayo de 2021

El aumento de la transmisibilidad de la COVID-19 en Ciego de Ávila durante el transcurso de las últimas jornadas ha encendido nuevamente las alarmas, en un escenario que viene a echar por tierra la cierta tendencia al control de la enfermedad que se había conseguido.

Pero nada más engañoso con este virus, literalmente al acecho del menor descuido para rebrotar. Los números a veces hablan más elocuentemente que las palabras y los que la provincia registra en mayo vaya si lo hacen, pues al cierre del domingo 16 la tasa de incidencia por cada 100 000 habitantes de los últimos 15 días era de 33,6, mientras que en la jornada dominical precedente era de solo 10,1.

Este comportamiento explosivo ocurre también con una alta dispersión, pues nueve de los 10 municipios elevaron su tasa de incidencia, de ellos, los territorios de Florencia, Chambas, Majagua y Ciego de Ávila se mantienen muy por encima del promedio provincial, según informó el doctor Ángel Batista Díaz, director provincial de Salud, en sesión del Consejo de Defensa Provincial (CDP).

Entre las causas del deterioro, Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del CDP, expuso que están la baja percepción del peligro por las personas y las instituciones estatales, la ocurrencia de indisciplinas e irresponsabilidad por la ciudadanía con la celebración de fiestas, entre ellas las del Día de las Madres, que propició además una mayor movilidad, y la inobservancia del cumplimiento de las medidas por las autoridades.

Agregó que también incide negativamente la baja calidad de la pesquisa a la población estratificada, la recogida tardía de contactos y sospechosos, fundamentalmente en el municipio cabecera, así como el incremento de la transmisibilidad a partir de la presencia de diferentes variantes del virus.

Sobre este aspecto, Batista Díaz explicó que tras varias muestras enviadas a los laboratorios del Instituto Pedro Kourí (IPK) se detectó la presencia de la variante sudafricana en algunos municipios y de la californiana, en menor medida, la cual ha incidido en una alta transmisión y contagiosidad.

Entre los retos planteados para afrontar el desfavorable escenario se encuentran mejorar la calidad de la pesquisa activa, que no se ha logrado transformar para bien en todos los municipios; elevar la percepción del peligro en instituciones y en la población; así como el cumplimiento de las medidas de bioseguridad, fundamentalmente en centros de asistencia médica.

Sobre este último tema, Garrido Pérez dijo que es necesario reforzar las acciones de control epidemiológico en el Hospital Provincial Docente Antonio Luaces Iraola para evitar se repitan escenarios desfavorables como el evento de transmisión institucional de finales de agosto del pasado año. Se evalúa allí la presencia de estudiantes de Medicina efectuando sus prácticas, de algunas consultas, así como el control riguroso de la movilidad de los acompañantes.

“Hasta la fecha la situación más compleja del 2021 con la COVID-19 en la provincia se nos dio en febrero y no podemos llegar allí. Hoy, a pesar del deterioro de los indicadores, la situación permite, tras las experiencias acumuladas, llegar a un control de la pandemia”, aseveró el presidente del CDP.