Por Héctor Izquierdo Acuña

Rica es la historia del movimiento obrero en la ciudad de Morón. Líderes como Enrique Varona González, al frente del sindicato ferroviario La Unión, fueron incansables en la lucha por la unidad de los trabajadores y por la reivindicación de sus derechos, negados por aquellos que ostentaban el poder y dominaban la economía nacional.

Por esas razones, fue asesinado cobardemente en las calles de Morón en la temprana fecha del 19 de septiembre de 1925.

El Día internacional de los trabajadores fue, durante la república neocolonial, un día más de lucha del proletariado cubano. En Morón se combatió cada primero de mayo. La historia recoge que, siguiendo el ejemplo de Varona, en 1926 comienza a organizarse una célula comunista en el central Patria y el Primero de Mayo los obreros acudieron al cementerio a rendir homenaje al dirigente ferroviario asesinado meses antes.

El Primero de Mayo de 1930 los obreros ferroviarios asistieron de nuevo al cementerio a homenajear a Enrique Varona y en distintos puntos de la ciudad se izaron banderas y aparecieron carteles alegóricos a la fecha. A finales de 1930 se fundó una filial de la Defensa Obrera Internacional (DOI) formada por gran cantidad de obreros.

En 1932 se funda el Sindicato Nacional de Obreros de la Industria Azucarera (SNOIA), que organiza al proletariado del sector para la huelga desarrollada ese mismo año. Al siguiente año, las fuerzas que enfrentan a la tiranía de Gerardo Machado Morales: Partido Unión Nacionalista, Partido Comunista, sindicato “La Unión”, Liga Juvenil Comunista, el DOI y la SNOIA, organizan variadas actividades el Primero de Mayo con manifiestos, carteles, banderas y consignas anti machadistas.

A partir de 1945 la lucha se profundiza por los intentos del gobierno de eliminar las conquistas obreras y dividir el movimiento sindical. El sindicato del central Patria centró su lucha en el diferencial azucarero, la organización de las cajas de retiro, el aumento de salarios y la higienización de los bateyes. En este período se incrementa el movimiento huelguístico y se logra cierta unidad con otros sindicatos de comercio, bancarios, transporte, barberos, etc. Las manifestaciones fueron importantes, sobre todo las del primero de Mayo, para denunciar las maniobras divisionistas del gobierno y exponer las demandas obreras.

El panorama político de Morón al producirse el golpe de estado del 10 de marzo de 1952 por Fulgencio Batista se caracterizaba por la existencia de varios partidos políticos. Primeramente Batista promulgó la Ley Fundamental de la República, derogando la Constitución del 40, estableciendo los Estatutos Constitucionales, creados por él mismo, y haciendo que los funcionarios juraran fidelidad a tales estatutos.

El accionar de las masas aumentaba con la emisión de proclamas, llamamientos, sabotajes y manifestaciones populares. Uno de los sectores más destacados en la lucha durante estos años fue el ferroviario, que se apresta a enfrentar a la tiranía y lo vemos ya en la preparación del acto del primero de Mayo con carácter de unidad y combate bajo consignas políticas contra la dictadura y reivindicaciones económicas y sociales. La represión policial impidió la realización del acto pero no que cerraran los comercios al mediodía. Todavía el fantasma de Enrique Varona movía a los obreros a la protesta general, a enfrentarse a las injusticias, se había convertido en un símbolo para las masas trabajadoras.

En 1955 el movimiento obrero y estudiantil va ganando en organización y conciencia política. La formación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio se da a partir del mes de mayo, cuando los asaltantes al Cuartel Moncada, de Santiago de Cuba, salen de prisión y Fidel, con su perenne estrategia unitaria, da continuidad a la vertebración de la organización que derribara a la tiranía y estableciera la justicia social.

Ardua fue entonces la lucha durante la cual miles de cubanos, cohesionados en torno a organizaciones como el propio movimiento encabezado por Fidel, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular, con su entrega total a la justa causa, dieron al traste con la oprobiosa dictadura batistiana. Sin embargo, debió pagar un alto precio: la muerte de muchos de sus mejores hijos víctimas de la represión desatada a lo largo y ancho de Cuba. En Morón pueden citarse ejemplos como Francisco Espinosa, Saturnino Aneiro, Francisco González y Eulogio Fernández.

Alcanzado el triunfo revolucionario de enero de 1959, el pueblo trabajador vio llegar la justicia y la respuesta a sus demandas. Desde entonces, el primero de mayo dejó de ser un día de lucha por sus derechos, sino que es el acicate para celebrar las conquistas del movimiento obrero que, unido al Partido Comunista de Cuba, se encuentra inmerso hoy en las transformaciones socioeconómicas como vía para consolidar la revolución y las conquistas del Socialismo.