Autor: Leonel Iparraguirre González
23 de abril de 2021
En uno de los edificios del reparto Villamil, en la ciudad de Morón, reside la familia Bordón Durán. Desde la última planta de ese inmueble, la joven Lisset Bordón ha establecido su mesa de labor, acogida desde hace varios meses a la alternativa de trabajo a distancia. Se desenvuelve con mucho dinamismo entre documentos, constantes llamadas a través del sistema de telefonía movil, además de prestar atención especial a su pequeña niña Bianna Reyes Bordón.
Y es que Lissett labora como asesora jurídica en la Empresa Inmobiliaria del Turismo en Ciego de Ávila, profesión que la mantiene activa muchas horas en cada jornada, además de recaer sobre sus hombros otra importante responsabilidad: asesora de su hija en las Teleclases, que transita por el segundo grado.
Es la pequeña Bianna quien se encarga de ofrecernos más detalles. ¿Usted conoce a mi maestra?. Se llama Luisa de la Caridad Díaz, pero ella no es la que me da clases en la escuela Ignacio Agramonte. Se dirige a una computadora portatil, busca con mucha agilidad la última Teleclase que le grabó su mamá y me muestra la imagen. ¡Esa es mi otra maestra!
Lissett alega que en su casa todo marcha muy cronometrado, pues tiene programado el horario de las Teleclases de su niña, que le ocupan 30 minutos para tomar las orientaciones general, donde se orientan los contenidos para toda la semana. Luego, ella se encarga de explicárselo, orientarle ejercicios y revisarlo.
Bianna tiene acomodada una pequeña mesita frente al televisor en la sala del apartamento y utiliza las puertas de acceso a los cuartos como improvisado pizarrón.
Las condiciones epidemiológicas actuales han obligado a la creación de nuevos escenarios escolares, donde los padres se han incorporado de una manera activa y responsable en la cooperación con el proceso docente educativo.
Bianna tiene ahora a Lissett como madre y asesora.