Por Carlos G. González Ruiz
La Tarea Ordenamiento, que ocupa un proceso bien complejo y de muchas aristas, incluye también el tema de los precios, los que a inicios de año se dispararon, y de qué manera, en sectores claves por su incidencia poblacional. Tras los oportunos señalamientos y las constantes preocupaciones de la población, se procedió a una revisión general, en consonancia con las exigencias del momento.
Muy aclamada fue, sin duda, la rebaja de las tarifas eléctricas, aún en condiciones difíciles para la adquisición del combustible que resulta vital para la generación de la energía.
Poco a poco, pero con el oído bien pegado a la tierra, se dan pasos dirigidos a la revisión de los precios, y cada día aparecen rebajas sustanciales que benefician a la población, de manera que lo aconsejable es el descenso, no la subida, a tono con los nuevos salarios y las actuales circunstancias.
Bajar no subir precios es la prudencia que conduce a la revisión justa y oportuna, aún en condiciones excepcionales si tenemos en consideración los enormes gastos del Estado para enfrentar la pandemia y adquirir en el mercado mundial lo que no somos capaces de producir en nuestro país por una causa o la otra.
Lo cierto es que se avanza, y la Tarea Ordenamiento, que no deja de ser un proceso bien complejo, tiene como exigencia imprescindible contribuir al desarrollo de la economía nacional y familiar.