Por Héctor Izquierdo Acuña
Mucho tiempo ha transcurrido desde que, una agradable tarde de noviembre de 1992, tuvimos la oportunidad, irrepetible hoy, de conversar con Celia Echemendía Echemendía, una anciana llena de vitalidad, de carácter afable y bondadoso y mente prodigiosa. Lúcida a pesar de sus 86 años de edad, y cuya única limitante era su escasez visual.