Las siempre sabias palabras de Fidel tienen hoy más vigencia que nunca antes: “Nuestro país tiene necesariamente que ser un país de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento”.

Ante las más disímiles encomiendas que exige el mundo contemporáneo, el quehacer científico motivado por el desarrollo humano constituye punto de partida para empeños mayores, íntimamente ligados a la sociedad moderna.

En Cuba la ciencia ocupa un lugar privilegiado, pese obstáculos y dificultades provocadas por el férreo y criminal bloqueo imperial, que limita recursos imprescindibles para la investigación, los proyectos y la obtención de resultados estrechamente vinculados con las necesidades básicas de la sociedad.

No obstante esas realidades, han sido múltiples los provechos salidos del ingenio y la voluntad de investigadores y especialistas que a lo largo y ancho del país han hecho realidad procesos continuos dirigidos a la obtención de beneficios materiales vinculados con sectores claves.

Desde la salud humana y animal, la educación y todo el proceso de enseñanza aprendizaje, hasta detalles dirigidos a la ciencia y la innovación, constituyen herramientas de bien que sustentan la integralidad y sostenibilidad de todo el proceso revolucionario.

La producción de vacunas, la tarea vida, los eventos de pedagogía, los intercambios y talleres, así como ese amplio proceso investigativo y con resultados probados acerca de enfermedades infecto contagiosas son, entre tantos, algunos de los caminos emprendidos en diferentes ramas y sectores.

No cabe duda, pues, que Cuba es ya un país de hombres de ciencia, formados gracias a la Revolución en el poder y ese engendro de maravilla que es la educación para todos, a lo que se suma el talento y los medios puestos a disposición de profesionales e investigadores.

La ciencia cubana es, sin límites, ese camino abierto a la cotidiano con el compromiso y la voluntad de ponerla siempre al servicio del pueblo, el que recibe los beneficios que gratifican la entrega y disposición de quienes apuestan por el presente y el futuro.

(Autor: Carlos G. González Ruiz

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