El 20 de Septiembre de 1976, por iniciativa de la Centra de Trabajadorees de Cuba, CTC, en el municipio de Morón, comienza un seminario de capacitación sindical para Secretarios Generales, ante las exigencias devenidas por la nueva División Político Administrativa de la nación.

El resultado del seminario es exitoso y la dirección del movimiento sindical decide convocar otro similar para la secretaría de Asuntos Laborales y Sociales, con la inclusión de los órganos de justicia laboral, los denominados Consejos de Trabajo.

Como que no existen experiencias al respecto, la improvisada dirección del plantel busca asesoramiento legal, estrecha lazos laborales con el Tribunal Municipal, elabora un programa de clases y, con el objetivo de fortalecer la presencia sindical, lo enriquece con el ejemplo vivo, con la realidad de lo que ocurre en determinadas entidades laborales; es así como el seminario se torna escuela, sale del aula y se inserta en el verdadero acontecer del municipio.

En corto tiempo deja de ser seminario de orientación y se convierte en escuela de dirigentes sindicales, y sin que transcurra mucho tiempo, llama la atención de la dirección municipal de la CTC y llega hasta la provincia, y más temprano que tarde, la sencilla idea nacida inesperadamente un día cualquiera y por alguien olvidado, se hace fiesta, se hace Escuela Elemental Sindical Comandante Ramón Paz Borroto, avalada directamente por Rosario Fernández, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del Secretariado de la CTC Nacional, quien le brinda toda su atención.

La escuela sindical moronense crece, no se detiene, produce profesores especializados en los distintos frentes de trabajo, y pasan por sus tres aulas todos los dirigentes de base del municipio. Se fortalece en medida tal la justicia laboral, que logra la autorización para ejercer como tribunal y, de manera demostrativa, celebra varias vistas oficiales de conflictos laborales ocurridos en distintos sectores, los cuales son tratados a puertas abiertas, por los órganos
acreditados, especialmente los constituidos en Talleres Ferroviarios, Correos de Cuba y Radio Morón.

Resulta tan efectivo el proyecto de trabajo elaborado en el plantel y resaltan tan elocuentemente sus favorables resultados, que la Central de Trabajadores de Cuba organiza un evento y trae a un crecido número de directores de escuelas elementales del país, para que adquieran las experiencias logradas y aplicadas en Morón, y estimula en grado tal el programa de clases diseñado, que le otorga la condición de Escuela Vanguardia Nacional por tres años de manera consecutiva.

Además, es visitada por el Secretario General de la CTC  Roberto Veiga, y despierta en él tal interés el programa de clases creado y las vías de aplicación del mismo, que su director es invitado por la Dirección de la Escuela Nacional de Cuadros Lázaro Peña, para presentarlo y explicarlo a un grupo especial de sindicalistas  latinoamericanos de visita en el país.

El trabajo de la escuela cala tan profundo en el sindicalismo del territorio, que hasta se logra su presencia sistemáticamente en todos los conflictos de esa naturaleza que se dirimen en el Tribunal Municipal, y es tan respetada su presencia que se le invita a participar en todos los procesos abiertos, con emisión de criterios y resultados de sus comprobaciones; los órganos de Justicia Laboral del municipio adquieren tal madurez y relevancia, que se convierten en escuela de sus similares de los demás municipios de la joven provincia.

El movimiento sindical tiene a la escuela elemental Comandante Ramón Paz Borroto como una institución docente respetada técnica e ideológicamente, y merece tal respeto de los organismos superiores que en 1983 su Director y el Secretario General de la CTC Municipal de Morón, son invitados a los actos por el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en la República Popular de Hungría, donde son recibidos por el Presidente del
país Yanos Kadar con una cena, y más tarde por el Presidente de la Federación Sindical Mundial Sandor Gáspar, en un encuentro internacional en el que le confiere a los miembros de la delegación cubana la Medalla de la Amistad de los Sindicatos Mongoles.

Poco más de cinco años se mantiene en funciones la escuela elemental sindical de Morón, que escribe una rica y provechosa historia partiendo de una simple idea; una idea que, materializada con dedicación y respeto, logra objetivos nunca antes ni después observados en el movimiento sindical del territorio.

La convocatoria al 17 Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, el cambio de las estructuras sindicales y la renovación de cuadros a todos los niveles con proyectos diversos, conspiran contra la escuela, que cierra sus aulas tras demostrar la pujanza e importancia del Sindicato, cuando cumple con el cometido que tiene diseñado y por el que debe responder.

(Autor: Arquimedes Romo Pérez)

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