La Revolución Cubana que constituyó un proceso emancipador tuvo como uno de los principales frentes a desarrollar, la Campaña de Alfabetización. Hasta 1958 más del 50 por ciento de la población sobrepasaba igual cifra de analfabetismo, más de un millón totalmente, y alrededor de otro millón eran semianalfabetos, y en determinados lugares entonces inhóspitos, los indicadores eran muy altos.

A ello se añadía el carácter desigual del Sistema de Educación el cual en los sectores más humildes del pueblo era casi nula la integración escolar, y particularmente la población infantil rebasaba los 600 mil sin escolarización, mientras otros infantes y familiares solo llegaban a los primeros años de estudios primarios.

Ante esa lamentable situación, y desde los inicios del triunfo de 1959, el Gobierno Revolucionario se pronunció por combatir esta problemática a lo largo y ancho del territorio nacional. Y en septiembre de 1960 ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz declaró que Cuba sería el primer país en América que no tendría ni un solo analfabeto, y ante el cumplimiento del objetivo de esa Campaña se proclamó al país libre de analfabetismo. Ese período fue proclamado como “ Año de la Educación”, en honor a la loable, noble, y humana misión.

Miles de adolescentes y jóvenes organizados en brigadas voluntarias y contingentes de maestros fueron los principales protagonistas; ellos acudieron a los sitios más apartados de los campos y las ciudades donde se precisaba asumir esa actividad que se llevó a cabo en la Mayor de las Antillas a través del Manual y la Cartilla de Alfabetización.

Uno de los aspectos que contribuyeron al avance de esa tarea fue el incremento de maestros en zonas rurales, y durante la etapa surgió además, el plan de estudios Ana Betancourt que dio posibilidades de superación a miles de jóvenes campesinas. Se crearon también Facultades de Obreros y Campesinos las cuales viabilizaron el acceso de ciudadanos de diferentes edades y procedencia al estudio, y en especial facilitaron ingresos a la Universidad, todo ello de manera gratuita y sin distinción alguna, solo la voluntad de superación.

Y en ese contexto se desarrolló el Congreso Nacional de Alfabetización, y se constituyó el Consejo Nacional de Cultura, luego Ministerio de Cultura, a la vez que se proclama la Nacionalización General de la Enseñanza, dándole carácter público y bajo la égida del Estado. Igualmente surgió una red de bibliotecas en todos los rincones de la geografía cubana, potenciándose para 1962 la creación de la Editorial Nacional de Cuba que trajo consigo la promoción de la lectura y sirvió de base al sistema educativo.

La Campaña demostró el coraje y la esencia humanista del pueblo cubano, jóvenes casi niños fueron asesinados por bandas contrarrevolucionarias al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, como Conrado Benítez, Manuel Ascunce Domenech y el campesino Pedro Lantigua. Ellos son mártires de la Patria y símbolos de la juventud cubana.

Sin embargo, esas acciones cobardes e infames contra los alfabetizadores tuvo la respuesta contundente de otros miles de hijos de esta tierra sumados al proceso de alfabetización, ese que sembró la luz de la esperanza en todo un pueblo y rindió tributo a la memoria del Apóstol con el postulado martiano de: “ Ser cultos es el único modo de ser libres”.

(Redacción Informativa)

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