Como cada año, la llegada de septiembre significa poner el pie en el acelerador que inicia la campaña de frío en la agricultura cubana. Entre limitaciones, ya bien conocidas por todos, transcurre la ardua tarea en el municipio avileño de Morón.
El plato en la mesa no admite explicaciones, sino alimentos, situación bien conocida por todos los productores empeñados en las labores de cultivo de viandas, hortalizas y vegetales cruciales en la alimentación en esta época del año.
En pocos meses, estos deberán garantizar un suministro considerable a los puntos de ventas estatales, principal objetivo de la campaña. Para ello necesitarán sobreponerse a la carencia de equipamientos, fertilizantes y otros insumos que antaño no eran un problema tan grave como lo es hoy.
Ante esta problemática, la decisión tomada por directivos del sector es conducir los pocos recursos disponibles a los campesinos y entidades de más eficiencia demostrada, con el propósito de aprovechar al máximo el rendimiento agrícola.
Esta medida sin dudas no resolverá el problema por sí sola, pero resulta provechosa en medio de un contexto económico marcado por fuertes limitaciones en el acceso a financiamiento internacional y una caída de la economía nacional en sectores claves, como la industria azucarera.
Por otra parte, se aboga por continuar la política del otorgamiento de tierras en usufructo a quienes manifiesten la voluntad de sacarle provecho. Por este concepto no solo se han entregado terrenos ociosos a nuevos solicitantes, sino que algunos que permanecieron improductivos, fueron entregados a otros agricultores.
Todo esto trascurre en un contexto que prioriza la soberanía alimentaria como aspiración ante las notorias dificultades económicas por las que atraviesa Cuba. Lograr este objetivo, trazado desde la máxima dirección del país, parece sumamente complicado, mas, renunciar a él no es uno de los escenarios planteados.
Llega, además, en un momento en el que crece la importancia de una óptima educación nutricional, tanto para directivos como para el pueblo. Este programa constituye una prioridad en la agenda nacional, dado su trascendental valor en el aprovechamiento de las capacidades en nuestra agricultura.
(Autor: Félix Martínez Valdivia. Estudiante de Periodismo)