Por Alfredo Fernández Arcia
A lo largo de los años, el misterio de una canción se ha envuelto en las expresiones melódicas de su creador y su intérprete. Al paso de los días, y siempre que se ha escuchado la melodía en cualquier serenata o en cualquier esquina de la ecléctica ciudad de Morón, saltan en sentimientos las expresiones a manera de pregunta: ¿Cuál es el motivo de debate a propósito en las esquinas mágicas del terruño?
(…) “Ayer, hoy y siempre vivirás, en el silencio azul de mi esperanza rota”. Uno de mis eventos preferidos cambia los titulares en las redes sociales y los medios del territorio, para sorpresa nuestra y de todos los que habitamos la majestuosa ciudad del gallo. Espero mis reflexiones no calen hondo en mis queridos compañeros de la dirección de Cultura y menos de la Dirección de la Casa de Cultura, principales organizadores, y que solo lo tomen como las reflexiones de un amante de las raíces de mi tierra.
Tómese en consideración que la primera acta convoca al concurso, pero el propio Miguel de los Santos, creador del evento del cual hablamos, sintetiza el primer espectáculo como “Primer Festival del Creador Musical”, me refiero a la edición primera, como otros grandes de esta tierra han enunciado en las redes: Leonel Iparraguirre González y Arquímedes Romo Pérez.
(…) “Aquí, aquí está al fin esta canción”. Entonces: El “Silencio Azul” nació con el nombre de “Concurso del Creador Musical”, al paso del tiempo se resume en uno de los festivales más importantes de la ciudad, aquel en donde brilla la creación en el amplio sentido de la palabra, la interpretación en lo máximo de la cumbre en las voces de sus intérpretes y lo mejor: la elegancia del azul en las maravillosas notas de una canción.
El éxito del evento lo ha colocado en el piso más alto del descubrimiento del talento joven, para cimentar la amplia avenida musical por la cual transitan grandes que enorgullecen el “ego” moronero y la creación definitiva. No es prudente, analizando desde todos los puntos de vista, no desviar un objetivo tan noble y aplaudido por la población que tiene un valor incalculable para así conservar las tradiciones artístico culturales.
Silencio Azul ha calado en el público como el magnífico Festival que continuará siendo, aunque se inscriba en este minuto como concurso. ¿Hay tiempo para la reflexión y volver a los orígenes?, estoy seguro que sí. Ante reclamos bien fundados, vale el análisis siempre oportuno de nuestros compañeros de la Dirección tanto de cultura como de la Casa de la Cultura en la ciudad.
Estoy seguro que al presentar la primera noche de este grandioso evento estaré enunciando para orgullo de los moroneros: Comienza el Festival del Creador Musical Silencio Azul en su edición 22.…
(…) “El beso que te di, sin saberlo tu boca” … Pensemos en la candidez de las sabanas que acaban de cobijar una pasión y contemos la leyenda, la historia y el relato, con el corazón en la mano, como lo que es: El silencio azul de una canción.