Filiberto Pérez Carvajal
La determinación de la “causa raíz”, o de “la causa de la causa”, evitaría que las deficiencias en las entidades de Ciego de Ávila se repliquen en el futuro y será decisiva en el fortalecimiento del control económico y en el combate contra las indisciplinas y la corrupción.
De modo que no resultó casual que mediante esos términos se dirigiera a los presentes Darlam Dalmau Palomino, Vicecontralor General de la República de Cuba, en las conclusiones de la XV Comprobación Nacional al Control Interno en la provincia.
Entre las causas y condiciones que inciden en lo detectado, el informe resume negligencias en el cumplimiento de funciones, falta de supervisión y control, carencia de liquidez para honrar las deudas e insuficiente gestión de cobro de los acreedores, análisis incompletos en la aplicación de la guía de autocontrol y descuido e insuficiente revisión de las operaciones.
Otras debilidades refieren la falta de recursos para efectuar inversiones en los almacenes, el incremento de los precios después del reordenamiento monetario, la inobservancia de legislaciones vigentes, la insuficiente fiscalización y control, tanto en el orden interno como del organismo superior, y el incumplimiento de las funciones de los especialistas que atienden esta actividad.
El vicecontralor general de la República coincidió con las principales autoridades del territorio en cuanto a lo decisivo que resulta el desempeño del cuadro centro en cada escenario administrativo.
“En mi modesta experiencia, el desorden en cualquier lugar lo pone la máxima dirección”, había reflexionado minutos antes Alfre Menéndez Pérez, gobernador de la provincia, cuando dio continuidad a la línea de pensamiento que expusiera Liván Izquierdo Alonso, miembro del Comité Central del Partido y su primer secretario aquí, quien hizo notar el cúmulo de problemáticas detectadas cuya solución depende de la actuación concreta en cada escenario de la producción y los servicios y no de factores externos.