Ortelio González Martínez/16 de octubre de 2023
La cobertura docente en los planteles educacionales en la provincia de Ciego de Ávila comienza a mejorar, con la entrada a las aulas de 254 estudiantes-maestros que imparten docencia en los diez municipios del territorio.
En visita a la provincia, a finales de agosto pasado, la doctora en Ciencias Naima Trujillo Barreto, titular de Educación, mostró como la principal preocupación la cobertura docente del territorio, en tanto, de las 7 116 plazas laborales aprobadas, solo estaban cubiertas 6 482, una situación difícil, sobre todo en los municipios de Morón, Ciego de Ávila y Majagua, y en las enseñanzas primaria y secundaria básica.
Los estudiantes de cuarto año de carreras pedagógicas que hoy están frente a los alumnos no son improvisados, al proceder de las dos prestigiosas escuelas avileñas: la Raúl Corrales Fornos –aportó 113 estudiantes-maestros–, de Ciego de Ávila, y la Rafael Morales González –141–, de la ciudad de Morón.
Escuelas de los diez municipios avileños se beneficiaron con la modalidad de estudiantes-maestros que, a su vez, también reciben la preparación adecuada para ser mejores docentes en el futuro, según explicó Gilmé Sánchez Cordero, metodóloga del Departamento de Formación Pedagógica, Superación y Actividad Científica, adscrito a la Dirección General de Educación (DGE).
De acuerdo con la estrategia de trabajo trazada por la DGE, los estudiantes de cuarto año, ahora en su rol de docentes, trabajarán en las escuelas de lunes a jueves, y recibirán clases en sus respectivos municipios los viernes, de acuerdo con las diferentes especialidades que cursen.
Se prevé que así culminen su último año de formación pedagógica, y que, en la mayoría de los casos, continúen, una vez graduados, en las mismas instituciones educativas en las que hoy laboran.
A los 254 estudiantes-maestros, se les sumarán, además, 140 jóvenes egresados de las escuelas pedagógicas, que hoy cumplen el Servicio Militar Activo, aunque no dan solución definitiva al déficit de maestros, que tiene como principal reto la implementación de nuevos estilos de trabajo que permitan elevar el ingreso a las carreras pedagógicas y la retención en los centros formadores de estas especialidades, para favorecer, a futuro, una cobertura docente que hoy no atraviesa sus mejores momentos.