El 17 de mayo de 1946, luego de múltiples provocaciones, Niceto Pérez García, que se encontraba con sus dos hijos menores trabajando en su pequeña finca María Luisa, en la región oriental, fue asesinado a balazos por un integrante de la Guardia Rural.

El crimen cometido provocó la inmediata respuesta de fuerzas de izquierda y del movimiento obrero y estudiantil del país, que denunciaron y condenaron lo ocurrido.
En Guantánamo se movilizaron trabajadores ferroviarios, obreros azucareros, empleados del comercio, profesionales e intelectuales, y estudiantes, encabezados por el Instituto de Segunda Enseñanza, que tomaron las calles de la ciudad y efectuaron un sentido acto en manifestación de duelo, en el parque José Martí.

Los periódicos locales ―entre ellos el diario La Voz del Pueblo― condenó el asesinato. En Realengo 18, Caujerí y otros sitios de la región, se produjeron también movilizaciones campesinas.

La respuesta a este vil asesinato puso de manifiesto la madurez política que prevalecía en las fuerzas obreras, estudiantiles y campesinas de la región, y obligó a las autoridades a detener y procesar al asesino.

Es preciso enfatizar en que el 24 de abril de 1944, la Federación Campesina de Oriente denunció al ministro de Agricultura por la nueva amenaza de desalojo contra las 128 familias campesinas de la zona que laboraban las tierras como precaristas, durante más de dos décadas; y expuso que la compañía agrícola e industrial Maca había enviado a sus hombres a cercar las fincas de los agricultores para arrebatárselas.

Los campesinos se enfrentaron a los testaferros y agrimensores de la compañía, que presidía Lino Mancebo, con una activa resistencia, bajo la guía de la Asociación Campesina, paralizando a la fuerza el deslinde de la tierra, que los privaba de sus cultivos y viviendas. Fue una gran movilización de los trabajadores del campo, que paralizó las pretensiones de los latifundistas. Los campesinos lograron mantener sus parcelas.

Esta significativa movilización contó con la presencia de Niceto Pérez, que ya era un activo integrante de la Asociación Campesina y férreo oponente a todo tipo de abusos y atropellos contra los pobladores rurales. Su firme actitud le ganó el odio de los geófagos y testaferros; específicamente Lino Mancebo se propuso doblegarlo, empleando los métodos más brutales.
Asesinato

En homenaje a quien era ya un gran símbolo del campesinado cubano, solo 13 años después del asesinato del luchador campesino, Fidel Castro firmó en La Plata, comunidad de la Sierra Maestra, la Ley de Reforma Agraria, que puso fin al humillante sistema explotador que asesinó a Niceto Pérez.

(Redacción Informativa)

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