Redacción Informativa
De procedencia humilde, nació el 19 de febrero de 1942 en la occidental provincia de Matanzas. Era excesivamente callado, como tímido, introvertido y muy respetuoso. Desde muy pequeño mostró interés por ir a la escuela pero se vio obligado a trabajar ya desde segundo grado.
Trabajó como limpiabotas y panadero para contribuir en la búsqueda del sustento familiar, durante el día. En 1954, al aprobar el sexto grado, matriculó la enseñanza primaria superior.
Dedicaba las noches a estudiar, en busca de horizontes más prometedores que solo encontraría tras el triunfo revolucionario (1 de enero de 1959).
A Conrado Benítez le interesaba el magisterio, aunque también quería estudiar Ingeniería Eléctrica. Se incorporó al primer destacamento, donde señaló que permanecería dando clases en la Sierra Maestra “todo el tiempo que fuera suficiente”, incluso mostró su disposición a formalizar su residencia permanente allí y recibir entrenamiento militar. En el campamento, por su rapidez, desempeñó el oficio de cartero.
Partió junto con un grupo de jóvenes para la escuela de Minas de Frío, en la Sierra Maestra, el 12 de mayo de 1960. El entrenamiento y la capacitación duraron hasta agosto.
Ya graduado se ocupó de la escuela situada en la finca San Ambrosio en las montañas de Sancti Spíritus, donde alternaba las clases de 44 niños por el día con otros tantos adultos por las noches. Pero nunca se detuvo frente a las condiciones adversas en que tenía que realizar sus actividades como maestro.
El Poeta Nacional, Nicolás Guillén, lo evocaba como el maestro, amigo puro, verde joven de rostro detenido. Para los campesinos de la zona era muy buena persona, atento y trataba de forma especial a los niños. Según Eugenio Carpio, siempre se le veía preocupado por sus alumnos.
A solo seis días de iniciada la Campaña de Alfabetización el 5 de enero de 1961, en Tinajitas o zona de Las Tinajas, en las montañas de Pitajones, del macizo montañoso Escambray, ubicado en el municipio de Trinidad, en la provincia de Sancti Spíritus (antes provincia de Las Villas), Conrado Benítez fue asesinado junto a otros compañeros, por la banda de alzados contrarrevolucionarios encabezada por Osvaldo Ramírez quien resultaría muerto durante un enfrentamiento con el Ejército y las milicias el 16 de abril de 1962.
Las únicas armas que portaba eran sus pertenencias personales, un libro de Anatomía, uno de Matemáticas y uno de Composición, entre otros, y algunos regalos para los alumnos que, impacientes, le esperaban en la finca San Ambrosio.