Granma/10 de agoasto de 2022

«Hoy ha sido el mejor día, victoria genera victoria», afirmó el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la tarde de este martes, desde el Puesto de Mando de Avanzada para el enfrentamiento al fuego en la zona industrial.

Entre miembros del Buró Político y del Secretariado del Comité Central del pcc, integrantes del Gobierno, jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, y autoridades de la provincia, el Jefe de Estado analizó los últimos detalles del combate al incendio.

Entre experimentados combatientes nuestros y expertos de la brigada venezolana que llegó en apoyo a Cuba, se escuchaban ideas diversas, confluyentes en un solo propósito. Una frase alentadora emergió: «Estamos pasando a la ofensiva».

Díaz-Canel comparó el paisaje del siniestro con el golpe arrasador de un volcán en erupción. Se conversó sobre explosiones, sobre presión del agua, sobre lo perdido y lo preservado; sobre los drones, que han sido tremenda herramienta.

Al salir del recinto, para ir a otro punto más cercano al siniestro, el dignatario intercambió con el grupo de expertos venezolanos que trabajan codo a codo con sus hermanos de México y de Cuba. «Gracias por la confianza», dijo un hijo de la Patria bolivariana.

El escenario es el típico paisaje, en tonos grises, de la devastación, pero también del movimiento de hombres que no cesan de luchar contra el fuego. El mandatario reflexionó que solo el heroísmo ha hecho posible revertir la situación de desastre, e indagó sobre «lo más duro que queda por hacer». Fue entonces que un excepcional combatiente habló de cierta táctica imprescindible: Vigilancia y golpe al fuego, vigilancia y golpe al fuego…

Cubanos y mexicanos que han trabajado sin pausas en el escenario del desastre se acercaron para saludar a Díaz-Canel. A los hijos de la tierra de Benito Juárez el dignatario les expresó: «Muchas gracias por la solidaridad y por el apoyo». Desde los rostros serenos y curtidos de los interlocutores se escuchó una voz: «Venimos con todo el corazón a apoyar al pueblo de Cuba. Estamos a la orden».

«Lo han hecho muy bien», valoró el Jefe de Estado, en medio de un paisaje estremecido por camiones gigantes, salpicado de aire caliente y transido de polvos oscuros, ocupado por seres humanos que llevan sobre sí las trazas del trabajo descomunal y la carga de una voluntad a prueba de volcanes.

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