LLamil Ruiz González/20 de julio de 2022

En medio de la profusa naturaleza que caracteriza al refugio de fauna Loma de Cunagua, varios trabajadores de la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna en Ciego de Ávila se encargan de velar por la conservación de una biodiversidad altamente vulnerable en turnos de 15 días, durante los cuales asumen una tarea que se adivina difícil pero hermosa.

Uno de estos obreros de la conservación, Raysel Salazar Simón, vecino del municipio de Bolivia, lleva dos años laborando en la Estación Biológica ubicada en esta área protegida, y según su propio criterio, el trabajo, aunque parece difícil debido al régimen establecido, lo realiza con orgullo y satisfacción poniendo todo su empeño en cada actividad que tiene a su cargo.

Por su parte, Misael Font de Varona, labora en esos parajes desde hace más de DOS décadas, y el principal motor que lo impulsa es su sentido de pertenencia, lo que lleva a convertirlo en ocasiones en un verdadero hombre orquesta al asumir, al igual que su compañero, tareas que van desde la conservación hasta la jardinería, la limpieza y las atenciones gastronómicas a un número considerable de clientes.

Loma de Cunagua, ubicada en medio del Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila, es una de las seis áreas protegidas de la provincia avileña con administración de la Empresa para la Protección de la Flora y la Fauna, y su biodiversidad la convierte en una zona de especial significación, de ahí la importancia del trabajo que llevan a cabo los obreros como Raysel Salazar y Misael Font de Varona.

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