Tomado de Granma/9 de abril de 2021

Después de la terminal aérea José Martí, en La Habana, el Aeropuerto Internacional Jardines del Rey, en ese islote del norte avileño, se erige como el de mayor tráfico en el país, con un movimiento superior a los 75 500 pasajeros y 286 aeronaves, desde septiembre del pasado año hasta la fecha.

A pesar de las limitaciones emanadas de la COVID-19 y las prohibiciones del bloqueo estadounidense contra la Mayor de las Antillas, en septiembre llegaron los primeros vacacionistas, procedentes de Montreal, Canadá, país que después se vio obligado a interrumpir los vuelos a causa de la pandemia.

En estos momentos el segmento ruso continúa como el único mercado en Jardines del Rey, con cuatro llegadas semanales provenientes de ese país, con un turismo que gana adeptos a viajar a la Isla.

«Nos satisface haber sido los primeros a través de quienes Cuba abrió las puertas al mundo en la etapa pos-COVID-19, bajo estrictas medidas de seguridad, en correspondencia con los protocolos adoptados en el destino avileño», comentó a Granma Mario Antonio Hernández Rivero, director del aeropuerto Jardines del Rey.

Precisó que todo se realiza bajo las normas internacionales y del Ministerio de Salud Pública de Cuba para prevenir la presencia de la enfermedad, que no ha contagiado a ningún trabajador del aeródromo debido al estricto cumplimiento de las medidas de seguridad, que incluyen el uso del nasobuco, de los guantes, el lavado de las manos, los pasos podálicos, la información precisa sobre la procedencia y características de los vuelos, la realización de PCR en el país de origen, y a la llegada al aeropuerto, así como el protocolo a seguir en caso de detección de sospechosos.

Iyolexis Correa Lorenzo, delegada del ministerio de Turismo en Ciego de Ávila, argumentó que cada semana arriban a Jardines del Rey unos 2 000 vacacionistas de Rusia, que hoy constituye el único mercado de uno de los destinos más promisorios del Caribe, donde 18 hoteles de altos estándares y más de 9 000 habitaciones están disponibles al turismo internacional y nacional, este último, sujeto a restricciones temporales a causa de la COVID-19.

«El programa inversionista no se detiene en el emporio turístico y en el presente año debe abrir el primer hotel, con 594 habitaciones, en cayo Paredón Grande, donde otros dos están en diferentes fases constructivas», precisó Correa Lorenzo.