Nuevas observaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA) han descubierto una onda colosal, bautizada como “la gran ola”, que se propaga por el disco galáctico de forma muy parecida a las ondas de un estanque al lanzarle una piedra.

Este fenómeno, que ha sido identificado por el equipo dirigido por Eloisa Poggio del Istituto Nazionale di Astrofísica en Italia, es una “corrugación vertical a gran escala” que se superpone a la deformación ya conocida que sufre nuestra galaxia de manera constante.

En esencia, estamos ante una ola que provoca que las franjas enteras de estrellas se vayan desplazando “hacia arriba” y “hacia abajo”.

Los astrónomos conocen desde la década de los 50 que el disco de la Vía Láctea no es plano, sino que está deformado (o “alabeado”) en sus bordes.

Ahora, este estudio agrega una estructura adicional que nadie sabía que estaba ahí.

Gracias a las mediciones increíblemente precisas de Gaia, que mapean la posición 3D y el movimiento 3D de las estrellas, el equipo pudo analizar dos poblaciones de estrellas jóvenes: estrellas gigantes y Cefeidas clásicas.

Estos mapas revelaron una onda gigantesca que ahora sale a la luz.

Lo más fascinante del descubrimiento no es solo la forma de la onda, sino la prueba de que se está moviendo. “Lo que hace que esto sea aún más convincente es nuestra capacidad, gracias a Gaia, de medir también los movimientos de las estrellas dentro del disco galáctico”, explica Poggio.

/Tomado de CubaSí/

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