Nuevamente es otoño en este hemisferio, otra vez llega la estación tregua entre el calor sofocante del verano y el invierno. Con una visión romántica es la temporada de las hojas secas que caen arremolinadas por el viento, de las tonalidades ocre, de los animales preparando sus refugios, de la melancolía.
Pero en Cuba este respiro climático no es significativo porque continúan las temperaturas muy altas y junto a la sequía, los polvos del Sahara, y más, seguimos sintiendo que nos quemamos en la hoguera. Así será al menos por dos meses más.
En otras épocas era distinto, llovía bastante y eso ayudaba muchísimo. Lo malo era que sorprendiera en la calle y andar mojado siempre es molesto, pero si llovía de noche, ayudaba a dormir y se mantenía todo muy fresco. Y si amanecía con lluvia y se quedaba gris, las calles quedaban tranquilas, bajaba el ajetreo, las personas se tomaban un tiempo para sus tareas bulliciosas en exterior. Eso ahora sería un alivio.
No obstante de que los días sigan siendo tan calientes y que nos haga sudar mares, por las noches siento que se pasa mejor. Quizás la diferencia es un grado o dos, y es necesario un poco más para sentir alivio total, pero pronto podrá ser.
El otoño viene con cierta calma, con ese aire de nostalgia y poesía. Por eso, mientras en su histórico girar la Tierra se aleja un poco del sol por unos meses, ha servido de inspiración para artistas del pincel y de las letras que con su sensibilidad han expresado cómo en esta estación no solo varían los paisajes en colores y follaje.
Otoño (de Mario Benedetti, Uruguay, 1920-2009)
Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran
ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha.
/Autor: Yaima Cabezas-CubasSí/