El indispensable salto en el aprovechamiento de la norma de molida, constituye el primer reto de una estrategia dirigida a cambiar las reglas del juego para potenciar las acciones en el central Ciro Redondo, guerrero en solitario de la batalla denominada Zafra de la victoria avileña.
Precisamente, el bajo comportamiento de la molienda es la principal causa del incumplimiento del plan de producción de azúcar que alcanza el 48 por ciento del total planificado, transcurridos casi tres meses de contienda.
Aunque, en este combate económico acontecen episodios dignos de elogios. Los estibadores no se agotan en la labor de envasado y colocación de los sacos en los medios de transporte para que el dulce producto, cada vez más racionado en la cuota familiar normada, llegue a las bodegas avileñas y de otras provincias.
El ingeniero Danilo Fernández Madrigal, director general de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo, reconoce que la calidad de la materia prima ha repercutido en el proceso. “Más del 70 por ciento de la composición de la molida —ejemplificó— corresponde a cañas con un nivel de deterioro, por ser quedadas y requedadas de anteriores cosechas.
“Incorporamos un grupo de pelotones de corte mecanizado a los cañaverales de nuestra homóloga empresa Enrique Varona, con los suelos más bajos de la provincia, con vistas a prepararnos para continuar la cosecha en las tierras rojas del centro del territorio avileño, en el caso de que ocurriera el adelantamiento del período lluvioso.
“Nuestro propósito es moler por encima de las 5000 toneladas de caña diarias para entregarle más bagazo a la bioeléctrica, así esa planta de energía renovable reduciría el consumo de biomasa de marabú y la zafra pudiera alargarse hasta abril en busca de mayor volumen de nuestro renglón exportable y contribuir más a la alimentación del pueblo”.
(Autor: José Luís Martínez Alejo)