El bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba impuesto por los Estados Unidos interfiere en el correcto funcionamiento del sector educacional cubano, no solo por impedir el desarrollo de profesionales en esferas internacionales, sino que dificulta la obtención de base material de vida y de estudio.
En el informe titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, presentado por Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores, se expone que 38 horas de esta unilateral medida equivalen al costo de producción y adquisición de la base material de estudio que necesita el país para cubrir las necesidades del sistema educacional durante un año, lo que supone alrededor de 22 millones de dólares.
Sería más fácil sustituir, al menos, la base material de vida por una nueva, pero debido al bloqueo es más costoso tanto adquirirlas de terceros países como fabricarla en el nuestro, pues la materia prima, en algunos caso, igualmente ser traída del exterior, expresó.
El bloqueo simboliza un acto de genocidio y una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos del pueblo cubano, pues representa una cruel e injusta política de castigo.